Los inversores elevaron sus asignaciones a la renta variable hasta máximos de cinco meses, pero los niveles de liquidez también aumentaron a un 5,6%, cuando se mantenía la preocupación por una posible contracción del crédito y por que la inflación se mantenga elevada, mostró el martes un sondeo de Bank of America (NYSE:BAC).
La encuesta, realizada a 289 gestores de fondos con un total de 753.000 millones de dólares en activos, mostró que el sector inmobiliario comercial seguía considerándose la fuente más probable de un evento crediticio, mientras que el 71% de los encuestados espera una resolución sobre el techo de la deuda antes de que Estados Unidos se quede sin dinero para pagar sus obligaciones.
Los inversores rotaron las carteras hacia los valores tecnológicos, elevando las asignaciones al nivel más alto desde diciembre de 2021, y hacia la zona euro y la renta variable, pero recortaron la exposición a las materias primas y los servicios públicos.
Las operaciones más saturadas en mayo fueron las “posiciones largas en tecnología”, “posiciones cortas en bancos” y “cortas en el dólar estadounidense”, en el sentido opuesto estuvieron las “posiciones largas en fondos de inversión inmoviliarios”, “largas en bancos”, “largas en acciones de valor”, “cortas en bonos”, “cortas en tecnología” y “cortas en acciones de crecimiento”, según la encuesta.
Un 65% neto de los encuestados espera ahora una economía más débil, el nivel más pesimista de 2023, pero la mayoría sigue esperando que la economía experimente un “aterrizaje suave”.