La ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, remarca que la deforestación en la mayor selva tropical del mundo está a solo tres puntos porcentuales de generar un daño sin retorno
La deforestación en el Amazonas, la mayor selva tropical del mundo, está a solo tres puntos porcentuales de alcanzar su punto de “no retorno” y de perder su capacidad de regenerarse. Así lo informó el miércoles la ministra de Medio Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, al llegar a Leticia (Amazonas) para una reunión que comenzó este jueves y que servirá como antesala de una cumbre entre ocho presidentes que se realizará en Belém do Pará en agosto. “Para sostener la Amazonía, necesitamos sostener el 80% de sus bosques en pie y no pasar del 20% de deforestación. Desafortunadamente ya estamos en 17%”, remarcó.
La ministra resaltó que se requieren “acciones urgentes” para evitar consecuencias que serán catastróficas en todo el mundo. No obstante, también celebró que “hay una voluntad política y un reconocimiento de que perder la Amazonía tiene unas consecuencias irreversibles”. Para ella, así lo demuestra la presencia en Leticia de ministros de los ocho países amazónicos —Bolivia, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Surinam, Guyana y Venezuela—.
La reunión en Leticia dará los insumos técnicos y científicos para la cumbre de agosto, que buscará un acuerdo que permita frenar el deterioro de la Amazonía y trabajar por su restauración hacia el 2025 y el 2030. Se espera para este sábado la presencia de los mandatarios de Colombia y de Brasil, Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva. En unas semanas, los dos dialogarán también con los presidentes de los otros seis países. Según Muhamad, será la primera cumbre amazónica que contará con la presencia de los mandatarios de todos los Estados que tienen parte de la Amazonía en sus territorios.
La Amazonía ha enfrentado dificultades significativas en los últimos años, sobre todo en Brasil. El expresidente Jair Bolsonaro debilitó las inspecciones medioambientales, alentó la impunidad para los invasores de tierras y despreció a los indígenas que querían preservar sus tierras. Sus políticas tuvieron resultados demoledores: el área destruida en la primera mitad de 2022 fue de casi 4.000 kilómetros cuadrados, un 80% más que en el primer periodo de 2018.
La parte colombiana, en cambio, fue objeto de buenas noticias hace unas semanas. Colombia confirmó en mayo que en 2022 la deforestación se redujo casi un 25% en los departamentos selváticos de Putumayo, Guaviare, Meta y Caquetá. Entonces, la ministra de Medio Ambiente consideró que los resultados eran consecuencia de dejar atrás la judicialización de campesinos implicados en la deforestación y de priorizar el ofrecimiento de otras alternativas económicas.