La secretaria de Comercio estadounidense Gina Raimondo se reunió con su homólogo chino Wang Wentao en el primer día de su visita a Beijing. Señaló que ambos países trabajan para establecer “nuevos intercambios de información”
La secretaria de Comercio estadounidense Gina Raimondo y su homólogo chino expresaron el lunes su deseo de mejorar las condiciones comerciales entre ambos países, al iniciar Raimondo una visita a Beijing con la intención de mejorar las frías relaciones, pero ninguna de las partes pareció dispuesta a efectuar concesiones.
Raimondo realiza su visita después de que otros funcionarios estadounidenses, incluida la secretaria del Tesoro Janet Yellen en julio, han viajado a China en los últimos tres meses. Los funcionarios han expresado su optimismo acerca de mejorar las comunicaciones, pero no han anunciado progreso en cuanto a disputas en materia de tecnología, seguridad, derechos humanos y otros asuntos, las cuales han llevado la relación bilateral a su nivel más bajo en décadas.
Por su parte, el gobierno del líder chino Xi Jinping quiere reavivar el interés de los inversores extranjeros en China mientras trata de revertir una recesión económica cada vez más profunda.
Beijing está listo a trabajar en conjunto para “fomentar un ambiente de políticas más favorables para una cooperación más fuerte” y “reforzar el comercio y la inversión bilateral”, le dijo a Raimondo el ministro de Comercio, Wang Wentao. No ofreció detalles sobre posibles iniciativas.
Raimondo señaló que ambas partes trabajan para establecer “nuevos intercambios de información” con el fin de lograr “una colaboración más sistemática”.
“Es sumamente importante que tengamos una relación económica estable”, declaró. “Creo que podemos lograr avances si somos directos, abiertos y prácticos”.
“Ningún compromiso en temas de seguridad nacional”
Una queja clave de China son los límites al acceso a chips procesadores y otras tecnologías estadounidenses que amenazan con obstaculizar la ambición del Partido Comunista de desarrollar la inteligencia artificial y otras industrias, que Estados Unidos ha impuesto por motivos de seguridad. Las restricciones paralizaron el negocio de teléfonos inteligentes de Huawei Technologies Ltd., la primera marca tecnológica mundial de China. Washington también ha convencido a Holanda y Japón para que se unan a él en el bloqueo del acceso chino a herramientas para la fabricación de chips avanzados.
“En cuestiones de seguridad nacional, no hay espacio para el compromiso”, pero la mayor parte del comercio entre Estados Unidos y China “no implica preocupaciones de seguridad nacional”, dijo Raimondo a Wang. “Me comprometo a promover el comercio y la inversión en aquellas áreas que sean de interés mutuo”.
Raimondo defendió la estrategia de “reducción de riesgos” de la administración Biden, consistente en intentar aumentar la producción nacional estadounidense de semiconductores y otros bienes de alta tecnología y crear fuentes adicionales de suministro para reducir las posibilidades de interrupción. Beijing lo ha criticado como un intento de aislar a China y obstaculizar su desarrollo.
“No se pretende obstaculizar el progreso económico de China. Creemos que una economía china fuerte es algo bueno”, dijo Raimondo a Wang. “Buscamos una competencia sana con China. Una economía china en crecimiento que cumpla las normas nos interesa a ambos.”
Beijing rompió el diálogo con Washington en materia militar y climática, entre otros temas, en agosto de 2022 en respuesta a una visita a Taiwán por parte de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes. El Partido Comunista de China considera que la isla autónoma forma parte de su territorio y se opone a que gobiernos extranjeros entren en contacto con ella.
La prensa estatal ha dado una cobertura positiva a las visitas estadounidenses a Beijing, pero China no ha dado indicios de que pueda cambiar sus políticas comerciales, estratégicas, de acceso a los mercados y otras que irritan a Washington y a sus vecinos asiáticos.
Antes de abandonar Washington, Raimondo declaró a los periodistas que esperaba “medidas concretas y aplicables” para avanzar en las relaciones comerciales, pero no dio más detalles. Dijo que era realista de que los “desafíos son significativos”.
El plan de Biden
Las visitas se producen en virtud de un acuerdo alcanzado por Xi y el presidente Joe Biden durante una reunión celebrada el pasado noviembre en Indonesia.
En junio, el Secretario de Estado Antony Blinken se reunió con Xi durante 30 minutos en una visita que fue aplazada desde febrero después de que un globo de vigilancia chino entrara en el espacio aéreo estadounidense. El líder chino pidió a Washington que cambiara su política sobre Taiwán y otras cuestiones y rechazó una petición para reanudar la cooperación militar.
La semana pasada, el día en que se anunció la visita de Raimondo a Beijing, Washington retiró a 27 empresas chinas de una lista negra que limita el acceso a la tecnología estadounidense.
La decisión “puede haber ayudado a engrasar las ruedas para el viaje de Raimondo”, dijeron Anna Ashton y Kylie Milliken de Eurasia Group en un informe.
Sugiere que Washington “está haciendo progresos modestos pero mensurables con Beijing en el restablecimiento de una comunicación limitada de gobierno a gobierno”, escribieron Ashton y Milliken. “La visita de Raimondo podría producir avances adicionales”.
Wang ya visitó Washington en mayo. El gobierno estadounidense invitó al ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, a Washington, pero aún no se han anunciado los planes al respecto.
Raimondo también se reunirá con el primer ministro chino Li Qiang, el segundo funcionario de mayor rango en el país, y con otras autoridades.