Chancay, tradicionalmente conocida por ser un apacible refugio pesquero y agrícola en la costa central de Perú, solía ser el destino de elección tanto para turistas como para aves marinas que emprenden su migración estacional desde y hacia Canadá y Estados Unidos.
Esta localidad de 63.400 habitantes está en vías de experimentar una transformación radical con la construcción de un megapuerto en los próximos años, que no solo alterará profundamente su paisaje, sino que también la posicionará como un punto crucial en el intercambio comercial entre América Latina y China.
La propuesta de erigir un puerto complementario que mitigara la sobrecarga del puerto de El Callao, el principal punto de ingreso de bienes a Perú, había sido una consideración persistente. Sin embargo, la concreción del proyecto en Chancay se materializó gracias a la inversión proveniente de China. La situación tomó un nuevo rumbo con la participación de Cosco Shipping, un gigante en el sector marítimo.
El megapuerto de Chancay se proyecta con la envergadura necesaria para acoger a los barcos de carga más grandes del mundo, aquellos capaces de transportar más de 18.000 contenedores. Inicialmente, el terminal dispondrá de cuatro puntos de amarre, aunque se prevé una expansión futura hasta alcanzar los 15. Los trabajos de construcción ya han dejado ver los impresionantes espigones que se extienden por kilómetros, preparados para el atraque de los enormes cargueros.
—¿Cuál es la importancia económica y política del megapuerto de Chancay en Latinoamérica?
— En el mundo, existe una transformación de la geografía económica. Se basa bastante en las redes portuarias y, particularmente, en los nuevos modelos de transporte de barcos, que son gigantes, con 18.000 contenedores, y necesitan un puerto hub para trasladar la mayor carga posible hasta los lugares más lejanos a un precio económico, eficiente y rápido. Por tal motivo, se necesitan estas piezas especiales que tienen la capacidad de recibir esos barcos grandes que Chancay le ofrece a Latinoamérica.
—Chancay le brinda a Latinoamérica una mirada hacia el Pacífico y la oportunidad de tener esos puertos hub. Precisamente, a raíz de ello, participa en esa nueva geografía económica de transporte de contenedores a precios más competitivos, de tal manera que desde China hasta Europa son 35 días de transporte. Ahora, del país asiático hasta América Latina serían 25 días de traslado. Más rápido sería llegar a América del Sur que al continente europeo para china, lo que aumenta la cantidad de mercados y la integración económica.
—¿El megapuerto de Chancay es el proyecto más importante de las últimas décadas?
—Es una gran obra que cumple la función de integrar de manera más sólida a la economía peruana con la asiática. Se está dando junto con otras inversiones, no es la única reflejada en las cadenas logísticas, han estado evolucionando. Este es el proyecto más moderno de Latinoamérica en términos portuarios, entonces podemos decir que no es un proyecto único, es un proyecto que viene con un estado de inversión.
—¿Cómo ves el impacto del megapuerto de Chancay en el desarrollo económico y la integración regional de América Latina con Asia Pacífico?
—Hay nuevas ciudades que se están integrando en comercio global, entonces, desde esa perspectiva, digamos que es el primer puerto latinoamericano que no está en una capital o en un lugar nuevo, digamos que está hecho precisamente para conectarse a través de ese puerto pequeño. En el consorcio, se busca que se cumpla el objetivo de que se beneficien más países.
—¿A qué otros países de la región, aparte del Perú, beneficiaría el megapuerto de Chancay?
— —Hemos recibido la visita hace dos semanas de Ecuador, ellos están muy emocionados, afortunadamente. Al Callao son dos días (para trasladar carga), al norte de Chile igual. En esa línea, mencionar que hay una parte de Colombia con la que se haría mucho más rápido (el transporte), porque es una ruta directa. También se habla de Bolivia y Brasil, países que encontrarían algunas regiones fronterizas para lograr una salida mucho más cercana.
—¿De qué manera podría este proyecto alterar las rutas comerciales actuales?
—Es una gran obra que cumple la función de integrar de manera más sólida a la economía peruana con la asiática. Se está dando junto con otras inversiones en las cadenas logísticas peruanas, que han estado evolucionando competitivamente en la última década. Este es el proyecto más moderno de Latinoamérica en términos portuarios, entonces podemos decir que no es un proyecto único, pero es un proyecto de infraestructura 4.0 por su nivel de innovación para la conectividad en las rutas marítimas globales.
Nosotros consideramos que es importante, además de lo que ya existe en el puerto de Chancay, y va a generar una mejor economía para lograr invertir en polos industriales cercanos. Eso es lo que hace un puerto asiático: se generan parques industriales en ciudades industriales muy cercanas. Es prácticamente muy eficiente tener, por ejemplo, si construyo carros, una fábrica de carros. Con ello, se ahorran el transporte. De hecho, los amigos colombianos, chilenos y ecuatorianos, que ya han venido de visita, no solo iban a sacar sus embarcaciones, sino también obtener oportunidades de inversión en fábricas económicas.
“Es una oportunidad para que Perú evolucione hacia una industria 4.0”
“Para el Perú, este y el siguiente año veremos el anuncio de proyectos de inversión para desarrollar parques industriales porque Chancay generará grandes ventajas a las empresas que se aglomeren en su alrededor para la exportación de manufactura. En ese sentido, Chancay es una oportunidad para que Perú evolucione hacia una industria 4.0”, sentencia Omar Narrea.