La prisión de Alcatraz es una de las penitenciarías con más historias que contar en el mundo. Construida en medio de la bahía de San Francisco, la actualmente institución en desuso es un lugar de recorrido para los turistas durante el día y de recorridos entre fantasmas por la noche.
Debido al trabajo de un grupo de arqueólogos de la Universidad de Binghamton, otro misterio sobre la prisión ha salido a la luz. Al utilizar tecnología láser, el equipo tuvo la posibilidad de explorar los cimientos por debajo del patio de ejercicio de la penitenciaría, y encontró lo que podría cambiar nuestra forma de ver a Alcatraz para siempre.
El Nombre De La Isla
Previo a revelar lo que el equipo de la Universidad de Binghamton encontró, viajemos al año 1775, cuando la Isla de Alcatraz fue nombrada por la denominación que conocemos actualmente. El español Juan Manuel de Ayala, quien reclamó el “descubrimiento” de la isla, la llamó “La Isla de los Alcatraces“. Esto se puede traducir a “Isla de los Pelícanos“.
Es por aquel escrito que derivamos en la palabra Alcatraz. La isla tiene una extensión de 22 acres con dos puntos altos, uno de 41 metros sobre el nivel del mar, y otro de 42 metros. Es entre estos dos puntos en altura que la Penitenciaría de Alcatraz puede verse desde la orilla.
Su Primer Dueño
Antes de convertirse en la penitenciaría más conocida del mundo, la Isla de Alcatraz era patrimonio de Julian Workman. Él era un terrateniente en el año 1846 cuando el gobernador de Alta California, Pio Pico le entregó la isla. Como parte del arreglo, Workman accedió a construir un faro.
Workman nunca pudo cumplir su promesa. No es porque no haya querido, sino porque nunca tuvo la oportunidad. Poco después de un año de ser el dueño, el gobernador militar de California, John C. Fremont compró Alcatraz por 5 mil dólares.
Entregada A Los Militares
En el año 1850, dos años después de que California fuese vendida a los Estados Unidos, el presidente Millard Fillmore ordenó que la Isla de Alcatraz sea entregada a los militares. El acto convirtió a la isla en una base militar, que podría ser utilizada como defensa y protección de la bahía.
El dueño legal de aquellas tierras, John C. Fremont, esperaba que los Estados Unidos le pagara cierto dinero por la isla. Su inversión estaba a punto de dejarle grandes dividendos, o no?
Una Batalla Perdida
Desafortunadamente para Fremont, los Estados Unidos le quitaron la tierra con la justificación que el trato que él había acercado para comprarla era inválido. Fremont perdió la isla y no recibió ningún dinero a cambio.
Para intentar conseguir una compensación por su pérdida, Fremont comenzó una extensa batalla legal. Junto a sus colegas terratenientes, él luchó por el caso que estuvo en batalla legal hasta el año 1890. Cuando la decisión final fue tomada, informó que Fremont no tenía ningún derecho por sobre aquellas tierras.
Una Espera De Tres Años
Con Estados Unidos en posesión firme de la Isla de Alcatraz , tomaron otros tres años antes de que algo sucediera. En el año 1853, la construcción comenzó y un nuevo fuerte se alzó con la supervisión de Zealous Bates Tower.
A pesar de que se habían tomado un par de años para iniciar la construcción, una vez comenzada, el proceso necesitaba ser veloz. Para 1848, la época de oro atravesó Estados Unidos y muchos se trasladaron a San Francisco. En cuestión de un par de años, la población creció de 300 a 30 mil.
Defendiendo La Bahía
Con una gran cantidad de personas que llegaban de manera veloz, construir una defensa importante era la principal prioridad. No sólo los militares fortificaron Alcatraz con un plan, sino que también intentaron alzar una defensa en Fort Point, una isla cercana.
El proyecto Alcatraz finalizó previo a ello, lo cual fue un hecho positivo. Resultó ser el lugar que contó con las fortificaciones más implacables. En aquel entonces, nadie sabría en lo que eventualmente acabó siendo una de las prisiones más notorias del mundo.
El Lugar Perfecto
Como si fuese una señal divina, la Bahía de San Francisco le otorgó a la isla un panorama perfecto para ser un fuerte. Los ingenieros no podían creer su suerte. En el año 1852, Los Ingenieros de la Costa del Pacífico señalaron:
“Parece que la naturaleza ha proveído de un reducto para el propósito que se espera en la Isla de Alcatraz. Situada al lado de la entrada directamente en el medio del puerto interior, cubre con su fuego todo el espacio interior que se extiende entre la Isla Ángel al norte, San Francisco al sur y las baterías externas al oeste“.
Utilizando A Favor La Naturaleza
Encargado de construir el Fuerte Alcatraz lo más rápido posible, Zealous B. Tower utilizó lo que la naturaleza le brindó. Con sus hombres, la tripulación tomó rocas de la isla para construir las paredes del fuerte a lo largo de la costa.
Una vez que las paredes se colocaron, las armas pudieron ser posicionadas detrás de éstas y alrededor del perímetro de la isla. Estas armas fueron colocadas al oeste, sur y norte de las barricadas naturalmente construidas. En adición, otros 111 cañones armados fueron posicionadas en la isla, preparándola para lo que sea que suceda.
Armada Hasta Los Dientes
Como si los cañones, que eran llamados Columbiads, no fueran suficiente, el Fuerte Alcatraz también contaba con caponeras, torres de piedra que se proyectaban desde la costa. Cualquiera que quisiera tomar control del Fuerte Alcatraz tendría que enfrentarse a un grado de dificultad incomparable para aquellos tiempos.
Un año más tarde de iniciada la construcción, la ciudadela estaba completa. Había barricadas colocadas junto al faro del fuerte. El faro también fue el primer faro para navegación colocado en la costa del pacífico de los Estados Unidos.
Defendiendo El Faro
La ciudadela no sólo estaba encargada de defender la isla, sino también de defender al faro. Para asegurarse el éxito ante cualquier ataque, fue construida para poder soportar a 100 soldados, y de ser expendida hasta 200 en caso de ser necesario. Las ventanas de las barricadas fueron diseñadas para que los soldados pudieran disparar a través de éstas.
Y en caso de que el fuerte fuera conquistado por enemigos, existían suficientes provisiones en la ciudadela para varios meses para aquellos que quedaran atrapados dentro. Durante ese período, se asumió, que los refuerzos llegarían a dichas tierras, o la ciudadela también sería tomada por enemigos.
El Final Del Proceso
A pesar de que se intentó que sea un proceso veloz, la fortificación de la Isla de Alcatraz no finalizó hasta el año 1859. Existieron muchas razones que llevaron a ello, pero la más importante fue la poca cantidad de trabajadores hábiles para llevarlo a cabo.
Al momento que el fuerte estaba siendo construido, las personas ya llegaban a San Francisco en manada, pero no para construir un fuerte. Ellos querían encontrar oro y transformarse rápidamente en personas ricas. Eso significó que encontrar personas para que trabajen en la isla era mucho más sencillo de decir que de hacer.
Nunca Hubo Oportunidad De Utilizarla
Durante la Guerra Civil, 350 hombres fueron colocados en el Fuerte Alcatraz. Su tiempo allí acabó siendo nada productivo. El fuerte nunca fue atacado durante la guerra. Existió un plan que quedó escrito por la Armada Confederada, pero dicho plan nunca se ejecutó.
En el año 1863, tres hombres con la idea de asaltar el Fuerte Alcatraz fueron detenidos y arrestados. Fueron sentenciados a diez años en prisión, sentencia que nunca cumplieron. Abraham Lincoln perdonó a los tres hombres cuando la guerra acabó.
Los Primeros Prisioneros
En los tiempos modernos, por supuesto que, la Isla de Alcatraz es conocida por su penitenciaría, y menos por su pasado militar. Lo interesante es que las dos historias se superponen. Los primeros prisioneros en Alcatraz fueron soldados que acabaron encarcelados en el año 1859.
Durante la Guerra Civil, el fuerte fue utilizado para llevar a la cárcel a soldados de la Confederación. A pesar de que el Fuerte Alcatraz no fue construido para ser una prisión, el futuro de la isla nunca fue puesto en discusión. Era cuestión de años para que el futuro se convierta en presente.
La Prisión “Perfecta“
La Penitenciaría de Alcatraz comenzó a tener prisioneros civiles a partir del año 1934. Gracias a la topografía de la isla y la distancia con respecto a la costa, era el lugar perfecto para una prisión. Cualquiera que intentara escapar encontraría una libertad imposible en caso de sobrepasar los muros de la cárcel.
El agua que rodea Alcatraz está cercanas a ser heladas y las corrientes son complicadas de nadar en su contra. En una sumatoria, existieron 14 intentos de escape de la prisión. Ninguno de ellos llegaron de manera exitosa al continente.
Una Población En Alza
´Previo a mantener encarcelados a civiles, Alcatraz tomó a prisioneros de guerra. En el año 1867, una cárcel fue construida en el fuerte. 30 años más tarde, durante la guerra Española – Estadounidense en 1898, la prisión llegó a tener una población carcelaria de 450 personas.
Durante los siguientes 15 años, la prisión se expandió mediante una adición extensa de concreto en celdas para prisioneros. Aquel bloque de celdas es la estructura más grande que aún se mantiene intacta en la isla. Finalmente, en 1933, la porción militar del fuerte fue decomisada y toda la operación fue entregada a la oficina de las prisiones.
James A. Johnston Fue Un Guardia Duro
La Penitenciaría de Alcatraz recibió a su primer grupo de prisioneros el 11 de agosto de 1934. Este grupo fue “especial” y había sido elegido por las autoridades para que hicieran el viaje rumbo a la isla. Ellos habían interrumpido la vida en sus penitenciarías previas y necesitaban un cambio de ubicación.
Para vigilar a aquellos hombres estaba el primer guardián de Alcatraz, James A Johnston. Él era reconocido por su estricta disciplina y era el hombre perfecto para aquel trabajo. La vida no había sido sencilla para él, pero contaba con un equipo de 155 guardias para mantener la paz.
Some Famous Faces
Una vez que la Penitenciaría de Alcatraz estuvo completamente funcional, fue la casa de algunos de los criminales más notables de Estados Unidos. Al Capone y George Kelly son dos de los nombres más reconocibles, al igual que otro hombre catalogado como el “Enemigo Público Número Uno” del FBI.
Aquel hombre fue Alvin “Creepy” Karpis, y es uno de los cuatro criminales que pudo hacerse de aquel mote. Él también es el único de aquellos cuatro de haber sido detenido en vida por las autoridades.
¿Algún Sobreviviente?
Como hemos dicho, hubo un total de 14 intentos de escape por parte de 36 prisioneros en la isla. De esos, ninguno llegó a las costas de manera oficial. Seis de ellos acabaron muertos, 23 capturados vivos y dos ahogados. De los otros cinco, ellos están enlistados como “perdidos y presuntamente ahogados“.
Esto significa que, si bien no existen pruebas de que alguien haya escapado de manera satisfactoria de Alcatraz, es posible que sí haya sucedido. Considerando las condiciones que rodean a la isla, es improbable que hayan logrado llegar a la costa.
Un Intento De Escape Que Quedó Inmortalizado
De todos los intentos de escape, el décimo-tercero es el más interesante de todos. Éste involucró a tres hombres: John Anglin, Clarence Anglin y Frank Morris. Ellos planearon un escape elaborado y llegaron de manera exitosa al océano.
Su intento quedó inmortalizado en la pantalla grande en el año 1979, con la película Escape de Alcatraz, en donde aparece Clint Eastwood. A pesar de ello, la historia no acaba allí. En el año 2013, una carta “escrita por John Anglin” fue entregada a la policía. ¿Es posible que los tres hombres hayan sobrevivido a las corrientes heladas de la Bahía de San Francisco?
¿De Qué Se Trata Todo Ésto?
Una vez que la Penitenciaría de Alcatraz dejó de funcionar, se convirtió en una atracción turística impresionante. El turismo, por supuesto, no es lo que le interesó al equipo de la Universidad de Binghamton liderado por Timothy de Smet. Ellos querían saber lo que se encontraba debajo de la superficie.
Para analizar por debajo de la superficie, el equipo arqueológico utilizó láser para atravesar capas de concreto. Con esta increíble tecnología, ellos pudieron ver por debajo sin causar ningún daño real a la zona muy visitada e increíblemente redituable.