Al menos 90 personas habrían muerto y otras 300 habrían resultado heridas en un ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel en Al Mawasi, al oeste de la ciudad de Jan Yunis, según datos de las autoridades de Gaza, bajo control de los terroristas de Hamás.
Esta zona de Al Mawasi en principio había sido descrita por el Ejército israelí como una “zona segura” para los desplazados del enclave.
Según la organización terrorista, “el balance de la atroz matanza de la ocupación (Israel) contra ciudadanos y desplazados en la zona de Al Mawasi, en la gobernación de Jan Yunis, esta mañana es de 90 mártires (la mitad de ellos niños y mujeres) y 300 heridos entre ellos docenas de niños y mujeres y hay lesiones críticas y graves”.
Tal y como ha difundido Hamás, el ataque se ha llevado a cabo con al menos cinco misiles que habrían alcanzado tiendas de campaña y una planta de desalinización en la glorieta de Al Nus, algo que niega por el Ejército israelí, que ha descrito lo ocurrido como un ataque de precisión contra un domicilio.
Los terroristas palestinos aseguran que en el ataque ha muerto el subdirector del Departamento de Bomberos y Salvamento de la organización, Muhamad Hamad.
Por su parte, el Ejército de Israel ha confirmado que el objetivo del ataque era el comandante del ala militar de Hamás, Mohamed Deif y al comandante local de Hamás en la ciudad de Jan Yunis, próxima al campamento, Rafa’a Salamé, aunque no han confirmado su destino.
Fuentes del canal saudí Al Hadath apuntan que Salamé habría muerto en el bombardeo y que Deif estaría gravemente herido, pero no existe confirmación adicional de esta información.
Según Tel Aviv, los dos comandantes se encontraban en un “edificio de baja altura y vallado” entre Al Mawasi y Jan Yunis y, si bien confirman que estaban en un “entorno civil”, han negado que se encontraran ocultos en tiendas de campaña entre los desplazados. Deif no estaba oculto en ningún túnel y que no había rehenes en el edificio alcanzado.
Además, el ejército de Israel ha confirmado que el lugar atacado era un complejo de Hamás ubicado en una zona abierta, rodeado de árboles y edificios, y no en las tiendas de campaña de Mawasi, donde residen miles de desplazados, como dicen los terroristas.
El propio primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reconocido que “aún no hay certeza” sobre la muerte de Deif y Salameh. El líder israelí dijo que autorizó la operación tras recibir inteligencia de que no había rehenes israelíes en la zona.
Al mismo tiempo que Netanyahu ofrecía una rueda de prensa en Tel Aviv, en Jerusalén miles de personas protestaban para exigir un acuerdo de alto el fuego con los terroristas que permita liberar a los rehenes israelíes en el enclave.
Netanyahu asegura que su gobierno no está postergando el acuerdo, después de que algunos medios israelíes publicaran que el primer ministro está proponiendo nuevas exigencias y endureciendo el tono deliberadamente para evitar un pacto con los islamistas.
De hecho, Netanyahu dice que son los terroristas palestinos quienes tratan de introducir nuevas exigencias, y defendió que no se moverá un ápice de la propuesta de acuerdo anunciada por el presidente estadounidense, Joe Biden.