Desde hace varios años ya, los países se han dado cuenta de la importancia de invertir en el desarrollo tecnológico, y por ello cada nación ha su ritmo y posibilidades invierte en trabaja en nuevos proyectos. Dentro de esta carrera tecnológica, no hay dudas de que EEUU, China y Japón son los líderes, pero eso no significa que no haya otros países con innovaciones destacadas que el resto de territorios todavía no han alcanzado.
Esto ya no solo afecta a las posibilidades tecnológicas de un país, sino que este desarrollo e innovación en dicho sector es un gran atractivo para inversores y colaboradores, algo que le interesa a cualquier país. Es por ello que muchos de estos territorios que no lideran esta carrera tecnológica ni están entre los más innovadores tienen que hacer lo que sea por llamar algo de atención y no quedarse rezagados y olvidados en el que es y va a ser la industria de mayor crecimiento de la próxima década como poco.
Irán consiguió girar varias cabezas, cuando anunció que estaba trabajando en un potente procesador cuántico que supuestamente era el “primer producto del algoritmo de procesamiento cuántico”. En realidad esto ocurrió hace unas semanas, y fue el almirante iraní Habibollah Sayyari, quién en la Universidad de Ciencias y tecnologías Marinas Iman Jomeini mostró la supuesta gran “revolución tecnológica”.
Rápidamente esta revelación llamó mucho la atención, y no para bien, ya que este procesador era muy pequeño y tenía un patrón de circuitos bastante básico, por lo que parecía muy improbable, por no decir imposible, que tuviera la potencia para el procesamiento gráfico.
No fue hasta que Gabriel Noronha, exasesor del Departamento de Estado de EEUU sobre Irán, que a través de su cuenta de Twitter sacó a la luz la trama de Irán. Y es que como señaló, el país estaba intentando vender al mundo su procesador cuántico cuando en realidad se trataba de una placa de desarrollo que puede comprar cualquiera en Amazon.
Noronha explicaba que te podías hacer con una igual “por el módico precio de 589 dólares (unos 540 euros) en Amazon” y de hecho compartió una captura de pantalla en la que se veía claramente que era el mismo producto. Es evidente que este artefacto es insuficiente para alimentar un procesador cuántico, ya que está capacitado para procesamiento de vídeo, aceleración de software, control de motores, desarrollo de Linux/Android/RTOS, entre otras cosas, pero ni mucho menos es una revolución tecnológica.