Fuerzas rusas durante un ejercicio militar en Bielorrusia, 19 de febrero de 2022. (Foto: AFP)
La operación lanzada por Rusia en Ucrania ha dejado 498 militares rusos muertos y 1597 heridos, ha confirmado este miércoles el Ministerio ruso de Defensa.
Según ha informado el Ministerio de Defensa de Rusia, las bajas en la parte de Ucrania ascienden a más de 2870 muertos, 3700 heridos y 572 militares capturados, mientras que 498 militares rusos han perdido la vida y otros 1597 han resultado heridos.
Asimismo, la Cartera rusa ha recalcado que los militares rusos están enfrentándose con una amenaza real para Rusia que hasta hace poco emanaba de Ucrania, donde iban a aparecer bases de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), precisando que todo lo que se dice sobre bajas “incalculables” es una desinformación dirigida.
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Conforme al mismo Ministerio, un total de 1533 instalaciones de infraestructura militar ucraniana han sido atacadas durante la operación rusa, entre ellas 54 puestos de mando y nodos de comunicación de las Fuerzas Armadas de Ucrania, 39 sistemas de misiles de defensa aérea S-300, Buk-M1 y Osa, así como 52 estaciones de radar.
De igual modo, fueron destruidos 47 aviones, 484 tanques y otros vehículos de combate, 63 lanzacohetes múltiples, 217 piezas de artillería de campaña y morteros, además de 336 vehículos militares especiales y 47 vehículos aéreos no tripulados (drones).
Rusia se ha mostrado dispuesta para negociar con Ucrania, mientras el presidente Putin alaba “heroísmo” de los soldados rusos en defensa de civiles ucranianos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el pasado 24 de febrero una “operación militar especial” en Ucrania, a base de los acuerdos de ayuda militar y asistencia recíproca, firmados con las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk (situadas en el este de Ucrania), tras reconocer la soberanía de ambas regiones.
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Rusia ha declarado que el objetivo de su operación es “la desmilitarización y desnazificación” de Ucrania, diciendo que la desmilitarización de Ucrania es el único camino que queda para evitar una guerra en Europa, pues EE.UU. y sus aliados occidentales han rechazado las propuestas rusas sobre cuestiones de seguridad global, y Kiev se ha negado a implementar los Acuerdos de Minsk.