Según un reciente informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense, el espacio “se está militarizando cada vez más”, y las amenazas a las actividades extraterrestres del país, tanto militares como comerciales, siguen creciendo.
El Departamento de Defensa estadounidense advirtió en su reciente informe ‘2022 Challenges to Security in Space’ (‘Los retos de la seguridad espacial 2022’, en español) que Rusia y China “están desarrollando diversas herramientas” para desafiar a EE.UU. en el ámbito espacial y posicionarse como líderes del sector, “creando nuevas normas espaciales globales”.
Según el documento, entre los años 2019 y 2021 las fuerzas espaciales conjuntas de Moscú y Pekín crecieron aproximadamente en 70 %, tras un alza de 200 % durante los cuatro años anteriores.
“China y Rusia valoran la superioridad en el espacio y, como resultado, buscarán maneras de fortalecer sus programas espaciales y contraespaciales y determinar mejores formas de integrarlos dentro de sus respectivos Ejércitos”, señaló el analista Kevin Ryder, de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés).
En general, los autores del informe concluyeron que el espacio “se está militarizando cada vez más” por parte de todo el mundo, mientras que las amenazas a las actividades extraterrestres de Estados Unidos, tanto de carácter militar como comercial, siguen creciendo.
Además, el documento hace hincapié en la exploración china y rusa de la Luna y Marte, y las posibles consecuencias negativas para Estados Unidos de las actividades que se realizan en el espacio cislunar.
“Las operaciones en el espacio profundo, más allá de la órbita terrestre […], se centran en misiones científicas y en la exploración de la Luna y otros cuerpos celestes”, explican los expertos de la DIA, y recalcan que las naves utilizadas para ese fin son mucho más difíciles de rastrear y podrían amenazar a los valiosos satélites estadounidenses o los de sus aliados.
“Los adversarios también podrían colocar satélites operativos o de reserva en el espacio profundo, para que sean mucho más difíciles de vigilar, con el fin de usarlos posteriormente en órbitas más bajas”, reza el informe. En caso de que esas actividades de Rusia y China resulten exitosas, los nuevos avances de los dos aliados probablemente los lleven a intentar explotar los recursos naturales de la Luna, sostiene el documento.