Entre los años 2015 al 2021 el saldo neto de la balanza comercial de hidrocarburos ha acumulado un déficit de US $ 15,611 millones de dólares, ello significa un valor tres veces superior al costo de la Nueva Refinería de Talara de PetroPerú, y este déficit en última instancia es financiado con los bolsillos de todos los consumidores del país.
Esta realidad es grave y tiende agudizarse gracias a los altos precios del crudo y derivados que se tienen que importar, sobre todo del diésel 2 limpio, gasolinas y gas licuado de petróleo (GLP), al margen del crudo ecuatoriano o colombiano que se tiene que adquirir para satisfacer el mercado interno.
El saldo (-) o (+) de la balanza comercial de hidrocarburos expresa la debilidad o fortaleza de la economía peruana para alcanzar la autonomía energética. En verdad, nuestro país importa más crudo y derivados que los derivados como el gas natural, gasolinas crudas y residuales que se exportan. Incluso se exportan volúmenes de crudo pesado que no se pueden procesar por las refinerías locales.
Alcanzar la autonomía energética debe ser una política de estado que trasciende los gobiernos de turno. Lamentablemente desde 1989 es decir hace más de 30 años perdimos la condición de exportadores netos, donde se vendía más petróleo y derivados hacia el exterior en relación a las importaciones.
Desde 1990 a la actualidad los gobiernos de turno han puesto en prácticas políticas de ajuste estructural, apertura, liberaciones y privatizaciones no transparentes que en el sector de hidrocarburos se han expresado en un creciente déficit de la Balanza Comercial de Hidrocarburos.
Muy en especial desde 1992 después del golpe del 5 de abril llevado a cabo por el fujimorismo se privatizó por partes a la petrolera estatal PetroPerú con el argumento de fomentar las inversiones en el sector de hidrocarburos y levantar la producción y las reservas de crudo. ¡Poco de esto ha sucedido!
Así, hacia 1995 la producción interna de petróleo era de casi 125 mil barriles diarios y hoy en día no superamos los 40 mil barriles por día, básicamente por falta de inversiones de riesgo, la complacencia de Perúpetro, organismo promotor de los contratos y promoción de las inversiones con las empresas privadas, el fracaso de las privatizaciones en los lotes petroleros que fueron alguna vez de PetroPerú, sumados a los conflictos sociales, entre otros.
RADIOGRAFÍA EXPORTADORA
Es interesante analizar que pese a tener una balanza comercial de hidrocarburos negativa se exportan importantes volúmenes de gas natural proveniente del lote 56 que expresados en volúmenes de barriles anuales fueron del orden de 52 millones de barriles en el 2017 lo que significa un promedio de 140 mil barriles diarios en gas natural.
En términos de valor las exportaciones de gas natural del lote 56 a cargo del Consorcio Perú LNG que tiene como operador a la transnacional Shell, significaron gracias a los altos precios del gas natural más de US $ 1,780 millones de dólares. Sería interesante analizar las regalías pagadas por el gas natural del lote 56 que normalmente son menores a las regalías provenientes del lote 88, yacimiento destinado al mercado interno.
En segundo lugar, exportamos gasolinas por un equivalente a 18.3 millones de barriles en el 2021 por un valor de US $ 1,363 millones de dólares, donde en verdad el grueso corresponde a la gasolina cruda o nafta que se obtiene en la Planta de Fraccionamiento de Pisco bajo responsabilidad de Pluspetrol Plus Corporation (PPC)
La nafta se obtiene a partir de los líquidos de gas natural (LGN) provenientes de los lotes 88, 56 y 57 que tienen precios internacionales, de los cuales se obtienen en la Planta de Fraccionamiento de Pisco, GLP (50%), diésel 2 (10%) y nafta (40%)
Ante la ausencia en nuestro país de una industria petroquímica, la nafta que es un insumo altamente cotizado se exporta para obtener solventes y otros productos de gran demanda. En el 2021 se exportaron gasolinas (nafta) en un promedio de 50 mil barriles por día, a pesar de ello tenemos que importar gasolinas de alto octanaje para abastecer el mercado interno.
Por último, el tercer rubro exportador están constituidos por los petróleos residuales industriales que básicamente se obtienen de la Refinería La Pampilla del grupo Repsol en volúmenes promedio de 21 mil barriles diarios. En 2021 esas exportaciones significaron US $ 595 millones de dólares.
En resumen, las exportaciones desde el Perú por concepto de hidrocarburos (petróleo, gas y derivados) fue del orden de US$ 4,292 millones y las importaciones de crudo y derivados sumaron los US $ 6,298 millones de dólares, con un déficit neto de US $ 2,006 millones. Esta tendencia se ha de agravar para el presente año, con la recuperación de la economía peruana, las mayores importaciones de crudo, diésel y GLP para abastecer el mercado interno, y menor producción local.
En esta realidad PetroPerú tiene un rol estratégico, en razón que la Nueva Refinería de Talara podrá refinar a partir del 2023 el crudo pesado que por ahora se exporta, y los petróleos residuales industriales que se castigan en los precios internacionales. Además de procesar localmente importantes volúmenes de diésel 2 y gasolinas limpias.
Sin embargo, lo más importante es apostar por la integración vertical lo que significa que la petrolera estatal tenga producción propia de petróleo y gas natural. Con ello maximiza sus ingresos, aumenta su rentabilidad y podrá financiar sus compromisos de deuda externa, para satisfacción de los consumidores
