La no firma del documento con el que el Gobierno compraría 3 millones de hectáreas de tierras productivas, tomó incluso por sorpresa a la ministra de Agricultura, Cecilia López, quien –a 15 minutos de ingresar a la reunión con el representante de los gremios ganaderos– se enteró que el presidente Gustavo Petro se había quedado en Cartagena para cumplir con otros asuntos gubernamentales.
El gremio ganadero, representado por José Félix Lafaurie, también se mostró sorprendido, más aún cuando en la tarde del jueves la reunión con la Ministra de Agricultura para tratar el mismo asunto de tierras fue exitosa, y se tenía la plena seguridad de que en la mañana de este viernes se firmaría el documento que abriría la puerta a la compra.
Hubo acuerdo: ganaderos venderán 3 millones de hectáreas al gobierno Petro
“Hemos llegado a un acuerdo total con Fedegán, este es un acto histórico, empieza y arranca el tercer componente de la reforma agraria”, dijo la ministra López desde la Casa de Nariño tras la cita con Lafaurie
Pese a la desazón causada por el nuevo desplante del presidente Petro, justificado por su equipo en complicaciones de la agenda presidencial, la ministra López y Lafaurie fueron enfáticos en que el acuerdo de la compra de las 3 millones de hectáreas no se cae, solo se aplaza mientras el mandatario oficializa el negocio.
López, además, enfatizó que el acuerdo “es una realidad y el Gobierno es serio, y el gremio (ganadero) es serio”.
A su vez, el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, apoyó el mensaje del Ministerio de Agricultura en el sentido de el acuerdo se mantiene, y –mientras se da la firma– se discutirán puntos que servirán como base para adelantar una negociación en la que ganen las tres partes involucradas: el Gobierno, los ganaderos y los campesinos que serán los beneficiados con la compra de las parcelas a entregar.
“En consecuencia hemos avanzado muy rápidamente. En menos de un mes hemos logrado un gran acuerdo que va a lograr mucha tranquilidad al sector rural y al mismo tiempo la posibilidad de que el sector rural consolide una clase media”, expresó Lafaurie.
El presidente ganadero insistió en que con esta negociación se fortalecerá el campo colombiano que se convertirá en una despensa alimentaria.
Acto seguido, el senador Iván Cepeda, quien ha liderado los encuentros entre el Gobierno y el gremio ganadero para la compra de los 3 millones de hectáreas de tierra, le dijo a EL COLOMBIANO que sí hay voluntad, porque “el presidente Petro se comprometió, “y el presidente de Fedegán, el doctor Lafaurie, lo ha dicho de manera reiterada y ha insistido una y otra vez en que hay una disposición cierta para avanzar en ese asunto”.
¿Quién recibirá las tierras que le venderán los ganaderos al Gobierno Petro?
Una de las promesas de campaña del presidente Gustavo Petro fue que adelantaría la reforma agraria, y para sacarla adelante se comprometió a que entregaría terrenos productivos a campesinos, indígenas y comunidades afro.
Para que los integrantes de estas comunidades puedan acceder a estas tierras, deben cumplir con tres condiciones: que no tengan tierra, que tengan poco acceso a esta o que no posean títulos.
La promesa que acompañó el camino de Petro a la Presidencia siempre ha tenido adjunto un número que se ha convertido en la cifra mágica: entregar, inicialmente, 3 millones de hectáreas de tierra que pueden subirse a más.
Este valor no fue sacado de un “sombrero de mago”. La entrega de los 3 millones de hectáreas está sustentada en el Acuerdo Final que el gobierno firmó con la antigua guerrilla de las Farc y quedó consignado en el primer punto de ese pacto hecho en Cuba.
Es el que se denomina Reforma Rural Integral, con el cual se acordó que el Gobierno “creará un Fondo de Tierras de distribución gratuita. El Fondo de Tierras, que tiene un carácter permanente, dispondrá de 3 millones de hectáreas durante sus primeros 12 años de creación”, que provendrán de distintas fuentes como baldíos, provenientes de extinción de dominio, entre otras.
En ese abanico de posibilidades entra la compra de tierras a los ganaderos, las mismas que deberán contar con una condición especial y es que no pueden vender cualquier pedazo de terruño.
Bajo esa premisa, el senador del partido Comunes (antes Farc), Julián Gallo Cubillos (Carlos Antonio Lozada), celebró la decisión de Gobierno y ganaderos y destacó la importancia de la compra de tierras porque apunta al cumplimiento del punto uno del Acuerdo de Paz.
“Van a ser tierras productivas, fértiles, con posibilidades de acceso a vías y a otros elementos que hacen parte de factores productivos, porque son tierras en manos de los ganaderos y estos tienen las tierras más fértiles y más productivas, muchas de ellas con capacidad de infraestructura física que permite que tengan acceso a sistemas de producción de alimento de forma rápida”, le dijo a este diario.
El asunto expuesto por el senador Cubillos fue apoyado por la ministra López, quien agregó que las tierras deben ser, en efecto, productivas y que se encuentren dentro de la frontera agrícola para que se cumpla el objetivo de su uso: que el campesino las pueda cultivar no solo para sus productos de pancoger, sino para que convierta la parcela en un predio para su sustento.
La jefa de la cartera de Agricultura aclaró que por estos predios se pagará el valor comercial, no el catastral, “pero esos precios comerciales hay que definirlos y ahí entra el catastro multipropósito”.
El acompañamiento a los campesinos que reciban los predios es uno de los puntos que se trataron en el primer encuentro entre la ministra López y el ganadero Lafaurie.
Apoyado en esto, un día después de la reunión, y como forma de bajarle la presión al acuerdo ante la ausencia del presidente Petro en la firma del acuerdo para la compra de las tierras, Lafaurie emitió un comunicado (ver textualmente) en el que registró que no se debe quedar solo en la entrega de los territorios: “Es urgente llevar el campo al primer plano de la política pública y la asignación de recursos. El factor diferenciador frente a una historia de fracasos, y el verdadero reto del gobierno, es la integralidad, comenzando por las vías terciarias, la expresión más evidente del abandono”.
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En este diálogo, tanto ganaderos como gobierno llegaron a una conclusión y es brindar un acompañamiento a los campesinos una vez obtengan un título y lleguen a ocupar los predios.
La ministra López fue clara en que para esta tarea se apoyará en dos entidades que cumplirán un papel fundamental, como lo son la Agencia Nacional de Tierras y la Agencia de Desarrollo Rural (ADR).
En la primera, se empezó a utilizar la metodología denominada Unidades Agrícolas Familiares, que consisten en calcular jurídica y económicamente “la extensión de predios en los programas de acceso a tierras, y se determinan por dos variables de uso del predio: que la parcela sea lo suficientemente extensa para que quienes la ocupan puedan remunerar su trabajo y obtener un excedente capitalizable, y que el predio no sea tan amplio como para obligar a la familia a contratar mano de obra adicional para aprovechar el área otorgada”, como explican desde la ANT.
Establecidas estas mediciones –según Diego Bautista, director de la ADR–, esa agencia “procederá a entrar con capital semilla, asistencia técnica y a apoyar esquemas de comercialización, para que esas tierras que recibirán formalmente generen mejor calidad de vida para esos hogares y comunidades”.
Por ahora, y ante la ausencia de Petro, el Gobierno, representado en el ministerio de Agricultura, y los ganaderos, en manos de Lafaurie, enviaron un mensaje de tranquilidad: el acuerdo por la compra de tierras sigue en pie, porque ese es el primer paso para llegar a la reforma agraria y, en ese camino, a la paz total que el mismo Petro propone y que, de paso, permite frenar las invasiones ilegales que ya son más de 160 en el país