Aunque el proyecto se ha mencionado en diferentes ocasiones, expertos señalan que los desafíos políticos y económicos internos de Brasil pueden alejar este objetivo
Bloomberg Línea — Un largo período de campaña y dos vueltas electorales dejaron a Luiz Inácio Lula da Silva como nuevo presidente de Brasil, comenzando su período este 1° de enero de 2023.
Tras su elección, muchos son los temas que su agenda interna tiene en común con la de otros presidentes recién llegados a los países de la región como Gustavo Petro en Colombia, Gabriel Boric en Chile, y hasta Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México. La transición energética, el cuidado ambiental y hasta una integración económica han sido ideas que, aunque solo comentadas, se han reflejado en los discursos de los mandatarios.
Sin embargo, expertos y analistas señalaron a Bloomberg Línea que una integración regional con la llegada de Lula al poder en Brasil no es un objetivo fácil de alcanzar, en especial por los retos internos que él y los demás mandatarios tienen en sus países.
“Es un hecho de que los gobiernos de izquierda se han establecido en América Latina, pero no toda la izquierda es igual. En este momento no se puede hablar de una agenda de la izquierda, dado que tenemos izquierdas democráticas representadas en Chile, Brasil y Colombia, y tenemos izquierdas autoritarias, representadas en Nicaragua, Cuba y Venezuela, y eso es un impedimento para que haya una integración política y económica”, dijo Marcos Peckell, analista político, académico y columnista.
Los retos políticos y de liderazgo
Los resultados electorales fueron los primeros en mostrar que Lula da Silva tiene grandes retos políticos internos, tras una campaña marcada por la polarización y las noticias falsas. Aunque el nuevo presidente resaltó en la primera vuelta con el 48,2% de los votos contra el 43,2% de Jair Bolsonaro, en la segunda vuelta ganó por un resultado ajustado de 50,9% de los votos frente al 49,1%.
“Es muy prematuro para decirlo, y lo primero es que la prioridad de Lula no va a ser la política exterior, va a ser la política interna, por la polarización que hay actualmente en Brasil y las dificultades de gobernabilidad, pues no tiene la mayoría en ambas cámaras”, señaló Mauricio Jaramillo, profesor de la Universidad del Rosario a Bloomberg Línea.
Para Jaramillo, Lula tiene el reto de superar la polarización que marcó Bolsonaro en el final de su gobierno y reactivar la economía tras dos años de la pandemia del Covid-19. Además, dijo que aunque en lo regional hay expectativas y seguramente haya liderazgo de Lula para iniciativas regionales, “la izquierda está muy dividida y eso hace menos posible que haya estos liderazgos, ha pasado con Petro, Boric y Fernández, todos han tenido que centrarse en lo interno”, remarcó.
¿Revivirá Unasur?
Los organismos de integración internacional han marcado las agendas políticas y económicas de las últimas décadas en América Latina. Iniciativas como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Alianza del Pacífico (AP), son ejemplos claros de esto.
Justamente, tras la victoria de Lula, expresidentes latinoamericanos junto a excancilleres, exministros, congresistas en ejercicio, directivos de organismos internacionales, entre otros, hicieron llegar una carta en noviembre pasado a 12 mandatarios de la región, incluido Lula da Silva como presidente electo, haciéndo énfasis en que “la integración es hoy más necesaria que nunca”, refiriéndose a América Latina.
En el texto, en el que piden revivir a Unasur (de la que Lula participó como mandatario fundador), los firmantes señalan que “se requiere una intervención urgente de los organismos multilaterales, que hoy día están desgraciadamente debilitados y son a menudo impotentes”.
Según Peckell, los intentos de “sacar del cementerio a Unasur” podrían darse, pero tendría que ser bajo unas condiciones muy distintas por las que se creó por Lula y Chávez hace más de 10 años.
Entre tanto, Jaramillo precisa que la idea de relanzar este organismo es ya ampliamente conectada, pero la duda es que le “alcance el capital político” a Lula.
La integración económica, la apuesta clave
Con la llegada de Petro y Boric a sus respectivas presidencias, se han incrementado los llamados de que América Latina trabaje como bloque en algunos frentes, entre ellos el ambiental y el económico. Incluso, se revivió una propuesta ya debatida: tener una moneda única para LatAm.
Sin embargo, los analistas consultados por Bloomberg Línea han señalado que aunque hay una mayoría de gobiernos de izquierda en la región, las agendas no son iguales, desde la postura de la economía de mercado, la independencia de los bancos centrales y la explotación de recursos naturales, hay serias diferencias y, por lo tanto, no se puede prever una agenda económica en común.
Peckel precisó que en el plano económico la situación de LatAm es bastante precaria, en especial después de la pandemia del Covid-19. Además, dijo que los países de la región son economías distintas y no se puede hablar de una sola economía en la región. “Brasil y México, por ejemplo, el primero tiene su principal socio comercial en China, el segundo lo tiene en Estados Unidos”, explicó.
A esto sumó que los países de la región comparten poco comercio, si se compara con el existente con las dos potencias económicas mencionadas.
“Y tenemos economías de economías. Las izquierdas no son todas las mismas, está el caso argentino de una disfuncionalidad económica que lleva décadas y siempre cometiendo los mismos errores, terminar el país sufriendo de una inflación y una devaluación desbordadas”, dijo.
A estos temas se suma la transición energética, un factor de muchas asimetrías, según lo define Jaramillo. Para el profesor de la Universidad del Rosario, la pandemia y la guerra de Rusia en Ucrania retrasaron los objetivos de transición y los mandatarios de la región tienen ahora diferentes posturas: la izquierda anti extractivista, como se definen Petro y Boric, y la otra izquierda que cree en la transición como la de AMLO en México, pero a una velocidad lenta. “Con un precio del barril del petróleo sobre los US$ 80 o US$ 90, y con tantas dificultades sociales, será muy difícil avanzar”, expresó.
La agenda de LatAm hacia el mundo
Aunque los retos internos son amplios y tienden a nublar la capacidad de los mandatarios hacia las iniciativas regionales, los expertos ven la posibilidad de que la región ponga en la agenda global dos temas clave:
- La transición energética: una realidad que los discursos ya están llevando a escenarios internacionales como lo hizo el presidente colombiano, Gustavo Petro, en la COP26.
- Las migraciones: por el tema haitiano y el tema venezolano, las migraciones han pasado a segundo plano también por la guerra en Ucrania, pero América Latina quiere generar un compromiso más alto del mundo para que haya un flujo de cooperación internacional para los países que son receptores y generadores, como en el caso de México y Colombia.
Pero la llegada de Lula da Silva al poder no es garantía para este liderazgo internacional. “Brasil no es influyente simplemente por su tamaño; Brasil es influyente principalmente cuando tiene éxito. Durante períodos de estancamiento o inestabilidad, Brasil pierde protagonismo en la diplomacia latinoamericana. Entonces, la gran pregunta es si Lula puede recuperar la magia de la década de 2000 en la década de 2020. Tengo dudas. Si Brasil continúa en crisis, no será un líder en América Latina”, fueron las palabras de Brian Winter, vicepresidente de Americas Society/Consejo de las Américas, a La Nación, a finales del año anterior.