Como cada 6 de febrero, se realizan diversas actividades por el Dia del lunar, además de recordar que el cáncer de piel tiene dos tipos, a) el tipo melanoma y b) el tipo no melanoma, este último es el más frecuente en el Perú y se relaciona con la exposición y acumulación de la radiación ultravioleta.
En ese sentido, el ASIS de Cáncer 2018 elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, en el Perú se han registrado entre los años 2014 al 2018, cerca de 4440 casos de cáncer de piel. Así mismo, según GLOBOCAN 2020, cada año se diagnostican cerca de mil 300 nuevos casos de cáncer de piel tipo melanoma.
Los lunares son pequeñas manchas o bultos que aparecen en la piel. La mayoría de ellos son benignos y se pueden tener desde el nacimiento, pero también están los lunares adquiridos con el tiempo a causa de la exposición al sol.
Aquellos lunares que aparecen repentinamente con diferentes tonalidades, generalmente se asocian al cáncer de tipo melanoma, cuya incidencia es menor en nuestro país. A pesar de que la mayoría de las personas desarrolla lunares, no todos están conscientes de si estas “manchitas” son benignas o malignas. En ocasiones no identifican si los lunares cambian de forma, tamaño o color.
Por tal motivo, la población debe tener cuidado con la aparición repentina de un lunar durante el verano y también con aquellos que causan comezón, dolor, molestia, sangrado y presentan señales de crecimiento rápido, ya que estos pueden ser indicadores de una transformación o aparición de un cáncer en ese lunar inicialmente benigno.
Es por ello, la importancia de las autoexploraciones periódicas, ya que, si uno detecta algún lunar sospechoso, deberá acudir rápidamente al dermatólogo para que le realicen un examen clínico de piel más especializado.
En el caso de los lunares, existe una serie de criterios que nos ayudan a distinguir un lunar normal de una lesión cancerígena, de un melanoma. Esos criterios son Asimetría, Bordes, Color, Diámetro y Evolución, de ahí lo de regla del “ABCDE”.
1. Asimetría: se debe prestar atención si la mitad del lunar no corresponde con la otra mitad; es decir no tienen la misma forma.
2. Bordes irregulares: revisa si los bordes del lunar no están bien definidos y no se aprecia con exactitud dónde empieza y dónde termina la lesión.
3. Color: si el lunar presenta un color heterogéneo; es decir más de un color, como café, negro, verde y/o rojo se debe estudiar con más rigor la lesión.
4. Diámetro: cuando un lunar mide más de 6 milímetros es un signo de alerta.
5. Evolución: si el lunar experimenta cambios en cuanto a tamaño, forma o color en un tiempo menor o igual a 6 meses.