Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más importantes del planeta para enfrentar los efectos del cambio climático, preservar la flora y fauna, conservar recursos hídricos, así como para el aprovechamiento sostenible de las comunidades aledañas a estos notables espacios naturales.
Efectivamente, el 40 % de las especies animales y vegetales del planeta vive o se reproduce en humedales, los cuales absorben y almacenan importantes cantidades de agua, recurso vital para la sobrevivencia de la biodiversidad.
El tema de la conmemoración del Día Mundial de los Humedales 2023, que se conmemora hoy jueves 2 de febrero, es: “Es hora de la restauración de los humedales”, dado que solo restan siete años hasta 2030 para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los gobiernos y otras partes interesadas son actores fundamentales para garantizar que las medidas de restauración de los humedales se pongan en práctica sobre el terreno.
Entre las medidas para impulsar estos esfuerzos de restauración pueden mencionarse las siguientes: Creación de un inventario nacional de humedales; Establecimiento de metas específicas para la restauración de los humedales; y Promoción del uso racional y de buenas prácticas de manejo para garantizar la conservación de los humedales.
El Perú cuenta actualmente en su territorio con cientos de humedales, de los cuales 13 son catalogados de importancia internacional o sitios Ramsar que constituyen ecosistemas de gran biodiversidad y son fuente de recursos hídricos vitales.
En el año 1971, en una ciudad de Irán llamada Ramsar, situada a orillas del mar Caspio, se juntaron representantes de los gobiernos de cerca de 20 países para establecer los lineamientos generales y los principios de la Convención sobre Conservación de Humedales y Aves Acuáticas conocida actualmente como la Convención de Ramsar. Este documento entró en vigor el 21 de diciembre de 1975.
El principal objetivo de la Convención de Ramsar es la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo.
A continuación, una reseña de estos ecosistemas, que en conjunto tienen una superficie de 6 millones 784,041 hectáreas. Son espacios naturales muy importantes para la preservación de la flora y fauna, así como para el aprovechamiento sostenible de las comunidades cercanas
Los manglares de San Pedro, también llamados manglares de Vice, son una pequeña ecorregión de manglar que se encuentra ubicada en la desembocadura del río Piura, en el noroeste del distrito de Vice, a 10 kilómetros de la provincia de Sechura. Forman parte de la red hemisférica de reservas para aves playeras como sitio de categoría regional.
Estos manglares, incorporados a la lista de sitios Ramsar el 12 de junio de 2008, son un tipo de estuario formado en la desembocadura de ríos.
Se caracteriza por la presencia del mangle (especie vegetal que crece en el sustrato fangoso que se deposita en las orillas del cuerpo de agua –dulce y salada), lo que favorece la presencia de una fauna variada de aves e invertebrados. Tienen un maravilloso ecosistema, como un espejo de agua.
Se encuentra ubicado dentro del Parque Arqueológico de Pikillaqta, en el distrito de Lucre, provincia cusqueña de Quispicanchi, a una altura aproximada de 3,020 metros sobre el nivel del mar.
Este humedal, incorporado a la lista de sitios Ramsar el 23 de setiembre de 2006, abarca cuatro lagunas permanentes, una laguna estacional y pantanos que unen los cuerpos de agua. Se encuentra ubicado dentro del Parque Arqueológico de Pikillaqta, el cual cuenta con una Ley de Amparo al Patrimonio Cultural de la Nación, otorgada por el entonces Instituto Nacional de Cultura, hoy Ministerio de Cultura.
La vegetación que se encuentra en este lugar es de gran variedad, destacando el matorral arbustivo típico del valle seco. Asimismo, la vegetación acuática que posee proporciona alimento y refugio a un gran parte de especies de fauna silvestre y migratoria. Este humedal tiene gran importancia porque asegura la continuidad de los procesos hidrológicos y ecológicos
Las condiciones geográficas que posee proporcionan características únicas para el incremento y conservación de diferentes especies de aves, reptiles, mamíferos y peces, este hábitat proporciona refugio y alimento en especial a las diferentes clases de aves entre ellas aves endémicas del Perú.
En esta zona existen diferentes clases de aves, tales como el “canastero de frente rufa”, el “montañés barbudo”, la “espinera de frente rayada”, los cuales se encuentran amenazados por el constante deterioro de su habitad natural, la presencia humana y las actividades ganaderas y agrícolas que se dan principalmente en los meses de julio a setiembre y también esa fecha se puede aprecian la llegada de muchas aves emigrantes y estacionales.
El humedal de Huacarpay es uno de los más importantes en el valle de Cusco y del sudeste de Perú, por su valor cultural, paisajístico y ecológico, así como por su potencial socioeconómico.
Es un conjunto de humedales peruanos ubicados en el departamento de Loreto, incorporados a la lista de sitios Ramsar el 5 de junio de 2002. Constituye un abanico aluvial compuesto por sedimentos volcánicos traídos desde Ecuador.
Están conformados por humedales permanentes y estacionales. Contiene una población de palmeras y especies de peces.
Los otros diez humedales se localizan en nueve áreas naturales protegidas, según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
Esta área natural protegida situada en la región Ica fue reconocida como Sitio Ramsar el 30 de marzo de 1992.
En la Reserva Nacional de Paracas se conserva la vasta biodiversidad representada por especies marino-costeras, así como los paisajes de las ecorregiones del mar frío de la Corriente Peruana y promueve el desarrollo sostenible de los recursos naturales en beneficio de la población asentada en su zona de amortiguamiento e influencia a través de actividades sustentables como el ecoturismo, la pesca artesanal y el manejo de recursos hidrobiológicos.
Los diversos hábitats de Paracas hacen de ella un sitio ideal para el descanso y alimentación de aves migratorias de orilla provenientes de los hemisferios norte y sur, así como de las lagunas altoandinas.
No por nada el humedal de mayor importancia para estas especies es la bahía de Paracas, que cuenta, además, una rica variedad de aves residentes, varias de ellas amenazadas como el pingüino de Humboldt y el potoyunco.
El Santuario fue reconocido como Sitio Ramsar en 1997 por ser refugio de paso de importantes aves migratorias y hábitat de aves acuáticas residentes. La emblemática concha negra es un importante recurso aprovechado por asociaciones locales debidamente empadronadas por el Sernanp.
Además, como todo humedal, el Santuario Nacional los Manglares de Tumbes ofrece importantes servicios ambientales como el control de inundaciones.
Asimismo, brinda un espacio propicio para la reproducción de especies, retención de nutrientes y sedimentos, promoción del ecoturismo, así como la calidad de sus aguas permiten ser utilizadas en la actividad langostinera.
Los Pantanos de Villa es la única área natural protegida asentada en el casco urbano, el Refugio se alza como un imponente humedal que llena de vida la ciudad de Lima; por ello, en 1997 fue reconocido como Sitio Ramsar.
En su condición de humedal provee a la población local importantes servicios ambientales como almacenamiento de agua, contención ante inundaciones y tsunamis, retención de nutrientes, sedimentos y contaminantes, así como estabilización del litoral y control de la erosión.
Conformado por un conjunto de lagunas salobres, el Santuario es el único humedal costero protegido por el Estado peruano con una categoría de carácter intangible. Fue reconocido como Sitio Ramsar el 30 de marzo de 1992.
Si bien su condición de Santuario impide el uso directo de los recursos naturales, el humedal mantiene las condiciones ambientales correctas gracias a que dentro del área natural protegida y en su zona de amortiguamiento se realizan prácticas ancestrales como el aprovechamiento de la totora por los pobladores locales identificados, que les genera además oportunidades de desarrollo económico sostenible.
Lagunas de Mejía ofrece el único refugio a miles de aves peregrinas en el extremo sur peruano, por ello se consolida como un sitio importante en la ruta de migración. Los censos mensuales realizados en el humedal arrojaron que las poblaciones de aves oscilan entre 15,000 y más de 120,000 individuos en épocas de migración.
En 1997 el total del lado peruano del lago, que incluye las 36,000 hectáreas de la Reserva, fue declarado Sitio Ramsar por la vasta biodiversidad altoandina que alberga. Esta área natural protegida además de ser hábitat de importantes especies de fauna emblemática y amenazada apoya al desarrollo socioeconómico y la mantención de las tradiciones culturales de las poblaciones humanas que habitan en esta zona.
El 70% de los totorales se encuentra dentro de la Reserva, lo que proporciona un hábitat ideal para la avifauna residente y migratoria (107 especies). Dentro de las que destacan se encuentran el zambullidor del Titicaca, único de este ecosistema, la choka, el tikicho y los patos silvestres.
Y si hablamos de los servicios ambientales que brinda, este humedal actúa como un termorregulador creando microclimas especiales alrededor del lago, y es un reservorio natural de agua dulce.
Gracias a la importancia ecológica del lago Junín, el segundo lago más grande y el más alto del Perú, cuya extensión abarca casi la totalidad del área natural protegida, la Reserva Nacional de Junín fue reconocida como Sitio Ramsar en 1997.
Este humedal además juega un papel trascendental en la cuenca del río Mantaro que abastece de agua para el desarrollo de actividades como la agricultura y la generación de energía eléctrica del complejo hidroeléctrico más grande del país
Por otro lado, estudios señalan que este humedal, a través de su flora silvestre, puede fijar grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2)
El contar con dos importantes zonas de humedales dentro de la Reserva como la “Laguna del Indio-Dique de los Españoles” y los “Bofedales y Laguna de Salinas”, le valió al Área Natural Protegida para que estos dos ecosistemas sean declarados Sitios Ramsar en el 2003.
Sus planicies altoandinas, salpicadas de hermosas lagunas y bofedales son hábitat de vicuñas y guanacos, así como de un gran número de aves terrestres y acuáticas. Dentro de estas últimas destacan las tres especies de flamencos altoandinos: flamenco chileno, flamenco andino y flamenco de James, todas ellas en situación de amenaza.
Además de mantener poblaciones importantes de aves, estas zonas de humedales proveen diversos recursos naturales a los pobladores locales, siendo el más destacable la provisión del agua.
Las condiciones que proporciona este ecosistema brindan hábitats para 449 especies de aves, siendo las acuáticas las más frecuentes de estos bosques, como la garza blanca, ceniza y tamaquita y el sharara, la espátula rosada, entre otras.
Como todo humedal, el brindar oportunidades para el desarrollo sostenible en beneficio de la población local es uno de los objetivos de Pacaya Samiria.
Por ello, a través de planes de manejo y con los pobladores locales organizados se vienen trabajando proyectos como la repoblación del paiche, servicios ecoturísticos, manejo de la taricaya, entre otros. Inclusive la Reserva es considerada como una de las principales fuentes de alimentación de la región por los recursos que brinda el bosque.
El Santuario Nacional Tabaconas Namballe está ubicado en los distritos de Tabaconas y Namballe de la provincia de San Ignacio, en el departamento de Cajamarca. Su extensión es de 32,124.87 hectáreas y conserva un ecosistema único y poco frecuente en el Perú: el páramo.
Además, busca proteger a dos especies seriamente amenazadas en el ámbito nacional: el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) categorizado en peligro y el tapir de altura (Tapirus pinchaque) categorizado en peligro crítico; y las cuencas de los ríos Tabaconas, Miraflores y Blanco.
El Santuario protege el páramo más austral de los Andes, el cual se diferencia de la puna por contener pajonales y matorrales muy húmedos y cubiertos casi permanentemente por neblinas. Asimismo, el páramo también se diferencia de la puna por su fauna de origen amazónico y no andino-patagónico como el resto.
Se ubica en el departamento de Arequipa, a una altitud de 4,440 metros sobre el nivel del mar. Tiene una extensión de 502 hectáreas y forma parte de la Reserva nacional de Salinas y Aguada Blanca.
Fue una laguna estacional que se volvió permanente con la construcción de un embalse para la distribución de agua para la ciudad de Arequipa y río abajo para la generación de energía hidroeléctrica.
La laguna es frecuentada por aves como ganso andino, el pato andino, el falaropo tricolor y el pato crestón, así como mamíferos como la llama, la alpaca y la vicuña.