Por medio de un comunicado publicado el lunes, el Gobierno canadiense informó sobre la última ronda de sus sanciones contra Irán, la décima desde octubre, que incluye a dos entidades y ocho personas.
Los nuevos embargos se dirigen a altos funcionarios iraníes involucrados en la producción de vehículos aéreos no tripulados (drones) y los misiles balísticos.
Además, abarcan a un número de personas del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) y la Policía de Irán.
El documento afirma que las entidades sancionadas apoyan al Gobierno iraní al ayudarle en “interrumpir y manipular las comunicaciones en línea” de los manifestantes, o proporcionar a las fuerzas del orden el equipo táctico utilizado en la supuesta represión de las airadas protestas surgidas el pasado septiembre en el país persa.
Las sanciones se producen en línea con las presiones que los países occidentales buscan aplicar a la industria de aviones no tripulados de Irán en medio de las acusaciones de que la República Islámica proporcionó a Rusia drones para que los utilice contra Ucrania. Esto mientras Teherán, en repetidas ocasiones, ha rechazado rotundamente las acusaciones, denunciando que estas alegaciones son parte de una campaña política liderada por los medios de comunicación de ciertos países en su contra.
En los últimos meses, Canadá ha impuesto una serie de sanciones contra funcionarios y entidades iraníes. En febrero, sancionó a 12 funcionarios del CGRI y las fuerzas de seguridad de Irán, en línea con su política de apoyo a los disturbios.
La comunidad de Inteligencia de Irán ha afirmado que varios países, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido, utilizaron sus aparatos de espionaje y propaganda para provocar disturbios violentos y fomentar la inseguridad en el país
