La próspera ciudad de Ulán Bator, el corazón de Mongolia, una tierra conocida por sus paisajes, su tradición y su amor por el yudo.
El Steppe Arena se llenó de aficionados listos para la última jornada del Grand Slam de yudo.
En la final de 90 kg, el ruso Mikhail Igolnikov se impuso tácticamente al kirguís Erlan Sherov.
Mohammed Meridja, director de Educación y Entrenamiento de la Federación Internacional de Yudo (FIJ), estuvo presente en la entrega de medallas.
El público estaba encantado de recibir a las estrellas del yudo, como la actual campeona del mundo en la categoria de -78 kg, Inbar Lanir. Lanir, que participaba en su primera competición desde que ganó el título mundial el mes pasado, parecía imparable.
Dos potentes lanzamientos le aseguraron el oro en el Grand Slam, dominando a su oponente japonesa. Inbar Lanir es una fuerza a tener en cuenta en -78 kg, y compartió su alegría con su equipo.
Armen Bagdasarov, director de Arbitraje de la FIJ, entregó las medallas.
“Los fans increíbles, realmente aman el yudo, no importa el país. Por supuesto, animan a Mongolia, pero hacen que sea muy agradable competir aquí”, dijo Inbar Lanir a la prensa.
Gonchigsuren Batkhuyag fue el héroe local en la última jornada del Grand Slam. En la semifinal lanzó al actual campeón del mundo, venciendo a Adamian en su propio juego.
Luego, en la final, se enfrentó a la leyenda del yudo Varlam Liparteliani. El público enloquecio cuando ejecutó una vez más una brillante contraofensiva. El Steppe Arena fue testigo de una escena legendaria, que Gonchigsuren compartió con la futura generación de yudocas tomándose un selfie con ellos.
Tsagaan Puntsag, presidente del consejo de administración del Steppe Arena, entregó la medalla.
