China está acumulando materias primas en grandes cantidades. Los traders que operan a diario con oro, petróleo, plata o cobre aseguran que las compras por parte del ‘gigante asiático’ son inusualmente elevadas, sobre todo si se tiene en cuenta que su economía está perdiendo impulso y que su sector inmobiliario (un gran consumidor de metales) se encuentra prácticamente congelado. De modo que la gran pregunta para la que nadie tiene una sola respuesta es, ¿por qué Pekín está acaparando tal cantidad de materias primas?
Todo apunta hacia la misma dirección: China se está pertrechando para soportar un shock externo duradero. No tiene por qué ser una guerra con armas, puede ser simplemente un incremento drástico de los aranceles desde Occidente (guerra comercial), una mayor intervención de los bancos centrales en la economía (guerra de divisas) o, en el escenario más improbable, una guerra bélica (invasión a Taiwán u otro conflicto que desate una subida de precios de las materias primas), que sería el peor de los casos. La acumulación de materias primas hoy ayudaría a China a soportar y, probablemente, a salir ganadora de cualquiera de esos conflictos.
Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar, dice el refranero español. Pekín puede aprender de los errores de Moscú (Rusia tenía una parte de sus reservas en activos en dólares que han sido congelados) y de sus aciertos: Rusia está resistiendo mejor de lo esperado a la batería de sanciones occidentales porque Moscú tenía plan que llevaba gestándose desde la invasión a Crimea en 2015. Rusia triplicó sus tenencias de oro desde 2015 hasta la invasión de Ucrania en 2022. El oro, al contrario que el dólar, se almacena de forma física normalmente dentro del propio país que lo posee. Esto podría explicar, en parte, la fiebre del oro que vive China.
Xi Jinping parece haber estudiado el programa de sanciones que Occidente aplicó contra Rusia después la invasión a Ucrania y ahora aplica medidas protectoras a largo plazo para cerrar las escotillas de la economía china y resistir a presiones similares”, señalaba en una nota recientemente Michael Studeman, ex jefe de la Oficina de Inteligencia Naval.
Estas compras masivas están ayudando a que el oro, el cobre o la plata alcancen precios históricamente altos, mientras que sostienen al petróleo en un mercado convulso. Aunque no hay cifras oficiales claras, el caso del petróleo parece sintomático. Las estimaciones de la reserva estratégica total de energía de China varían de 280 a 400 millones de barriles, excediendo la parte superior de la horquilla a la célebre Reserva Estratégica de Petróleo de EEUU, cifrada actualmente en unos 364 millones de barriles. Para hacerse una idea, China consume unos 14 millones de barriles diarios de petróleo en tiempos de paz.
Una imagen muy reveladora es la del puerto de Dongying, en el este de China, donde a principios de 2024 se han visto atracados varios petroleros simultáneamente descargando petróleo crudo ruso en una nueva instalación de almacenamiento de 31,5 millones de barriles terminada a fines del año pasado.
Otra materia prima que ha copado titulares recientes por lo mismo es la plata. A finales de mayo Bloomberg informaba de que las importaciones chinas de plata podrían aumentar en las próximas semanas, mientras los traders aprovechan un salto en la demanda que ha llevado los precios muy por encima del mercado internacional. La plata se encuentra en un momento dulce debido a su doble uso como metal industrial y activo financiero. Es un material importante en los paneles solares, que China sigue construyendo en grandes cantidades, y también es una alternativa más barata al oro. Aunque los precios de la plata han tocado máximos de 11 años, la ventana de arbitraje -o diferencial entre los precios chinos y mundiales- se ha ampliado aún más. Ello incentiva el envío de más metal a China, lo que podría reducir la oferta a otros países.
En lo que respecta al litio, un componente vital en muchos tipos de baterías, abunda Apps, Pekín ha comprado no sólo existencias sino también instalaciones de procesamiento y minas, incluso en el extranjero. En marzo, el banco de inversión UBS estimó que China podría controlar un tercio de todo el suministro mundial de litio tan pronto como 2025, aprovechando nuevamente una caída de los precios para aumentar aún más sus tenencias.
Un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos de 2016 mostró que los depósitos minerales de China contienen aluminio, cadmio, cobalto, cobre, galio, germanio, iridio, tantalio, estaño, tungsteno, zinc y circonio, así como otras tierras raras, recuerda Apps. Desde entonces, concluye, China ha vendido en ocasiones elementos de sus reservas estratégicas cuando los precios eran particularmente altos, reduciendo así los costos para la industria china. Sin embargo, en términos más generales, esas reservas han seguido aumentando.
Hay otros expertos que sostienen que China está preparándose para un futuro económico incierto en el que la devaluación del yuan cobra cada vez más fuerza. Si Donald Trump gana las elecciones en EEUU y Europa endurece su tono contra China y las industrias relacionadas con el coche eléctrico y las energías renovables, Pekín podría optar por devaluar el yuan en un intento por compensar todos esos ‘ataques arancelarios’. Devaluar el yuan es un arma de doble filo (puede enfadar aún más a los países avanzados y reducir la confianza internacional en la divisa china), pero podría servir que los bienes chinos pudiesen seguir compitiendo en un contexto de elevados aranceles. Esto también explicaría la ansiedad china por adquirir materias primas: Pekín estaría adquiriendo multitud de oro, petróleo, cobre, etc antes de devaluar para comprarlas a un mejor ‘precio’. Las materias primas están denominadas en dólares y sería mucho más caras en términos de yuanes tras la devaluación.