Los bancos han pasado en cuestión de meses de presentar beneficios récord a convertirse en la gran amenaza para la estabilidad financiera. Pero lo que es más curioso, el factor que ha provocado lo primero (el récord de beneficios), está también detrás de lo segundo (el riesgo de crisis financiera): las fuertes y prolongadas subidas de los tipos de interés empiezan a dejar a la luz las fragilidades de algunas entidades.
El Banco Central Europeo (BCE) ha explicado esta paradójica situación dentro del informe anual de supervisión bancaria que se ha publicado este martes, coincidiendo con las fuertes turbulencias financieras que han sufrido los mercados en las últimas jornadas, producto de las caídas de Silicon Valley Bank (SVB), Signature Bank y el colapso de Credit Suisse, que finalmente ha sido adquirido por su rival UBS.
El contexto al que se enfrenta la banca es amenazante cuando menos. Los expertos coinciden en señalar que SVB ha sido probablemente uno de los primeros bancos en caer por un problema de liquidez que ha desembocado en una crisis de solvencia y no al revés. Normalmente, los bancos que tienen un problema solvencia subyacente (activos tóxicos, morosidad, poco capital…) son los que sufren una crisis de liquidez (falta de confianza) que termina dando la puntilla al banco. El caso de SVB ha sido al revés. El banco americano estaba ‘sobrecapitalizado’, es decir, cumplía de forma holgada con los ratios de liquidez y capital exigidos en Basilea III. Sin embargo, el pánico y la singular estructura de este banco ha provocado su caída y ha desatado el pánico.
Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, responde a una serie de preguntas dentro del informe anual en las que además de incidir en el buen estado de la banca europea (con unos niveles de capital muy elevados y una posición sólida), también admite que las subidas de tipos de interés pueden acabar generando turbulencias y correcciones desordenadas en los mercados por su impacto secundario en el balance de las entidades. El BCE ha subido los tipos, hasta la fecha, en 350 puntos básicos. Un drástico aumento tras años de tipos negativos y un exceso de toma de riesgos (y endeudamiento) de algunos sectores.
“La rápida normalización de la política monetaria, y en particular el aumento de los tipos de interés, fue un factor importante en la recuperación de la rentabilidad de la banca”, admite Enria. En un primer momento, la subida de los tipos, junto a una demanda de crédito aún intensa, incrementó el margen que los bancos obtienen de pedir prestado a corto plazo y prestar a largo (hipotecas, créditos a empresas, al consumo). Esta mejora de la rentabilidad ha permitido que las valoraciones de los bancos en bolsa vuelen pese a la guerra en Ucrania.
“El aumento de los tipos de interés suele ser una buena noticia para los bancos”, comenta Enria. La normalización de los tipos de interés (que venían de niveles negativos) y el impulso tan esperado cambio proporcionó al margen de intereses ha sido el gran impulsor del buen comportamiento de los bancos en 2022. “Por primera vez en varios años, el margen de intereses aumentó no solo por la expansión de los volúmenes de préstamos, sino también por la expansión de los márgenes de interés neto”, sentencia el banquero del BCE.
“Sin embargo, esto también puede dar lugar a un deterioro de la calidad de los activos (una caída del precio de los bonos en cartera, por ejemplo), ya que los prestatarios tendrán dificultades para reembolsar su deuda en un conjunto de carteras de préstamos que son especialmente sensibles a los tipos de interés. Este cambio en el entorno de los tipos de interés también podría causar ajustes desordenados en algunos segmentos del mercado financiero y en las instituciones financieras no bancarias, aumentando el riesgo crediticio de contraparte entre los bancos que tienen exposiciones concentradas hacia esos mercados y actores del mercado en particular”, advierte Enria dentro del informe de supervisión bancaria.
“Más allá de la coyuntura, la normalización de tipos de interés y el endurecimiento cuantitativo (el QT o reducción del balance) pueden obligar a algunos bancos a revisar sus estrategias de financiación a medio plazo y centrarse más en los riesgos de liquidez y financiación”, sostiene el banquero italiano.
“Si nos apartamos del escenario base y consideramos escenarios más adversos, las cosas pueden ser diferentes. Para carteras y líneas de negocios específicas, los costes asociados con un deterioro en la calidad de los activos pueden superar los beneficios de los ingresos a medida que aumentan los tipos de interés, especialmente si el crecimiento económico se desacelera”, señala el economista italiano dentro del informe.
En este caso, más allá de la perdida de ‘valor’ de los bonos en cartera producto de la subida de tipos, Enria se refiere al posible incremento de la morosidad que puede generar una subida de tipos de interés. Las subidas de tipos dificultan el pago de muchos créditos que se emitieron a tipo variable (hipotecas, por ejemplo). Si familias y empresas no pueden seguir pagando estos créditos, se abre otro agujero en el balance de los bancos que deben tapar con los colchones que tienen.
Enria explica que las entidades pueden tener dificultades para pagar su deuda en carteras que tradicionalmente son muy sensibles al coste del crédito. Los préstamos al consumo, los préstamos inmobiliarios y las operaciones apalancadas son ejemplos notables de áreas de enfoque de supervisión.
“Como mencioné, los mercados financieros pueden sufrir procesos desordenados durante el ajuste de los tipos de interés. El período prolongado de los bajos tipos de interés favoreció un aumento sin precedentes en los niveles de deuda, con algunas entidades menos o no reguladas que toman posiciones altamente apalancadas y, a menudo, muy concentradas, que pueden desmoronarse rápidamente si las perspectivas económicas o el entorno de tipos de interés cambian inesperadamente”, apostilla el economista italiano.
La quiebra de Archegos en 2021, las turbulencias que sufrió Reino Unido en 2022 con su mercado de deuda o la caída de SVB y su impacto en Credit Suisse muestran cómo, en ausencia de intervenciones políticas, estos episodios pueden extenderse fácilmente al sector bancario. El pánico se propaga con facilidad, poniendo en riesgo incluso a las entidades que cuentan con mejores colchones de liquidez.
El aumento de los tipos de interés y el endurecimiento cuantitativo requieren que los bancos agudicen su enfoque en los riesgos de liquidez y financiamiento. Si los bancos no adaptan rápidamente sus capacidades de gestión de riesgos y dirección estratégica, un entorno de financiación más desafiante puede poner en tela de juicio estrategias de gestión de activos y pasivos demasiado simplistas y claramente obsoletas, como las prácticas de carry trade adoptadas por algunos bancos para beneficiarse de la extraordinaria apoyo a la política. Existe el riesgo de que los bancos sean tomados por sorpresa.
“Nuestras preocupaciones sobre los controles de riesgo y la gobernanza de los bancos se ven exacerbadas por el entorno externo incierto, ya que los indicadores retrospectivos de los niveles de riesgo pueden proporcionar una imagen inexacta al pronosticar tendencias y riesgos futuros”, sentencia Andrea Enria.
Por último, no solo el impacto de las subidas de tipos: “La transformación digital, así como los riesgos ambientales y relacionados con el clima, también son desafíos clave a mediano plazo para nuestros bancos y requieren atención inmediata y enfocada”, sentencia Enria.