El Banco Central Europeo (BCE) ha ejecutado la octava subida de tipos consecutiva. Con el movimiento de este jueves, la subida agregada ya suma 400 puntos básicos, un endurecimiento que parecía una auténtica quimera hace poco más de un año y que, sin embargo, aún podría tener más recorrido al alza. Los riesgos para la inflación son diferentes a los de 2022, pero siguen presentes. Si el año pasado fueron las materias primas, ahora el peligro para el BCE llega desde el mercado laboral, los salarios y el sector servicios.
De este modo, el BCE deja la tasa de depósito -donde los bancos guardan su exceso de liquidez- en el 3,5%, rozando su máximo histórico del 3,75% que no se ve desde el año 2000. El tipo principal de refinanciación alcanza ya el 4%, mientras que la facilidad marginal de crédito -la ventanilla de emergencia para pedir reservas- en el 4,25%. La inflación se sitúa en el 6,1% interanual, mientras que el mercado laboral sigue presentando una carencia importante: faltan trabajadores, tal y como revela la tasa de vacantes publicada este jueves por Eurostat.
Christine Lagarde, presidenta de la institución, dará una rueda de prensa a las 14:45 en la que analizará la situación económica de la zona euro -se han publicado previsiones ‘macro’- y explicará la última decisión sobre los tipos de interés. Además, el mercado espera que Lagarde dé pistas sobre el futuro del precio del dinero, lo que el mercado interpretará como un giro ‘dovish’ si Lagarde señala el fin de las subidas de tipos -o que el fin está muy muy cerca- o ‘hawkish’ si la francesa asevera que aún queda mucho camino recorren. Con la inflación en plena moderación, pero todavía por encima del 6%, los expertos creen que el banco central aún tendrá que elevar algo más los tipos de interés.
Ebury, la fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, no esperaba que el Consejo de Gobierno del BCE realice en su reunión del jueves un gran “giro dovish”. “Más bien, vemos que el banco central ha confirmado que sigue siendo necesario un mayor endurecimiento después de junio, aunque se ha abstenido de dar detalles sobre cuánto se necesita exactamente”, señala la entidad financiera en su informe previa a la reunión.
Añade, además, que, “dado que el mercado espera ahora unos 55 puntos básicos de endurecimiento de la política monetaria en los próximos meses, que esto sea suficiente para apoyar al euro dependerá en gran medida de la valoración que haga el mercado del tono de Lagarde”.
Ebury considera que las subidas de tipos de 25 puntos básicos en junio y julio, que los mercados dan actualmente por seguras, “son un mínimo para el Banco Central Europeo”. “Reconocemos que se han hecho algunos progresos en la lucha contra la inflación, pero dada la magnitud del problema y los riesgos asociados, pensamos que ahora no es el momento para la complacencia”.
Por otro lado, Karsten Junius, economista jefe en J. Safra Sarasin Sustainable, comenta que el banco central ha hecho hincapié en su enfoque dependiente de los datos, que marcarán hasta dónde puede llegar el tipo de interés marginal -el tipo más alto de este ciclo de subidas-.
“Además, será crucial para las próximas decisiones políticas la suavidad con que reaccionen los mercados a la enorme retirada de liquidez de finales de junio, cuando los bancos tendrán que reembolsar un tramo de las TLTRO de 477.000 millones de euros. Además, esperamos que las proyecciones macroeconómicas trimestrales actualizadas del BCE muestren una ligera revisión a la baja de los datos de PIB e inflación”, sentencia Junius.