Según el World Gold Council, Francia es el cuarto país con las mayores reservas de oro del mundo, con una estimación de 2.500 toneladas. Sin embargo, el país galo no cuenta con yacimiento auríferos, por lo que, en el aspecto de extractor mundial, se coloca a la cola. Situación, no obstante, que podría cambiar de confirmarse el impresionante hallazgo de oro en la localidad de Auvernia valorado en más de 4.000 millones de euros.
De ratificarse, se trataría del primer yacimiento aurífero del país y uno de los más grandes de Europa, superando incluso al de Tapia de Casariego, en Asturias, conocido por ser el ‘hogar del oro español’ con unas reservas de más de 30 toneladas. No obstante, la explotación del yacimiento ibérico aún no ha comenzado (su ubicación coincide con el lugar de unas minas activas en época romana) debido a problemas administrativos, burocráticos y tras las protestas por parte de grupos ecológicos ante el daño que la actividad minera pudiese producir en la fauna y flora de la zona.
Casi los mismos problemas que podría enfrentar Francia, además de la disputa legal que puede encarar con el descubridor de los 4.000 millones de euros en oro: un agricultor que dio con el yacimiento dentro de los límites de su finca y que sostiene que «todo lo que hay bajo tierra es de su propiedad».
Hace unos días, Francia se levantó con la noticia del descubrimiento del que podría ser su primer yacimiento aurífero. A pesar de que guarda como tesoro más de 2.500 toneladas de oro no tiene ninguna mina dorada en su territorio en Europa (sí tiene minerías de oro la Guyana Francesa) y este nuevo hallazgo podría cambiar la historia de la minería gala. En total se estiman que bajo tierras de la región de Auvernia-Ródano-Alpes se encuentran unas 150 toneladas de oro, según informa la revista Daily Galaxy. El quid de la cuestión para el Estado francés es la disputa a la que ahora se enfrenta contra su descubridor.
Michel Dupont es el campesino francés que ha localizado esta inmensa cantidad de oro valorada en unos 4.000 millones de euros en el propio jardín de su casa. El hallazgo hizo pensar a Dupont que se había vuelto milmillonario de la noche a la mañana, pero nada más lejos de la realidad, y en este sentido la ley francesa es clara: todo lo que hay bajo subsuelo francés pertenece al Estado.
El mismo Dupont ha especificado que el descubrimiento lo realizó mientras «estaba haciendo una revisión rutinaria de mi terreno. Fue entonces cuando vi un brillo extraño en el lodo. Cuando cavé un poco más profundo, no podía creer lo que tenía en mis manos».
Así, el Gobierno ya ha paralizado cualquier actividad en las inmediaciones hasta que se confirme la magnitud del yacimiento y las posibilidades de extracción. Michel Dupont también ha confirmado la situación, aclarando que «dijeron que no puede pasar nada hasta que se realicen todas las pruebas. Entiendo que hay que tener cuidado, pero es difícil no decepcionarse».
Todo esto ha impedido que el agricultor pueda iniciar la extracción del oro por su propia cuenta, actividad que solo puede realizar el Estado francés pero cuyos inicios pueden tardar meses sino años. A pesar de los beneficios económicos que la explotación del nuevo yacimiento puede traer a Francia, contando con el gran número de nuevos empleos que se generarían, es posible que
El oro ha protagonizado una escalada histórica en 2025, consolidándose como el activo refugio por excelencia en un contexto de creciente incertidumbre económica y geopolítica. A finales de abril, el precio del oro al contado superó los 3.500 dólares por onza, marcando un nuevo récord tras acumular un alza superior al 29% en lo que va de año.
La revalorización del oro responde a una combinación de factores estructurales y coyunturales. Entre ellos, destacan las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, apoyadas por la política arancelaria del presidente Donald Trump, y la creciente desconfianza hacia el sistema financiero estadounidense, alimentada por críticas del propio presidente estadounidense a la Reserva Federal y a Powell.
Además, los bancos centrales han intensificado sus compras de oro como medida de protección ante posibles sanciones financieras. Desde principios de 2024, el Banco Popular de China ha sido un comprador activo, sumando reservas mes a mes, en parte debido al temor de que sus activos extranjeros puedan ser congelados, tal y como le ocurrió a Rusia tras el inicio de la guerra en Ucrania.
En Europa, el precio del oro también ha alcanzado máximos históricos, superando los 2.828 euros por onza en la London Bullion Market Association (LBMA) en febrero de 2025, impulsado por la búsqueda de activos seguros ante la inestabilidad económica.
Las previsiones para el oro en el medio plazo son optimistas. JP Morgan anticipa que el precio del oro superará los 4.000 dólares por onza en el segundo trimestre de 2026, con una media de 3.675 dólares en el cuarto trimestre de 2025, sustentado por una demanda robusta de inversores y bancos centrales, estimada en unas 710 toneladas trimestrales . Reuters
Sin embargo, algunos analistas advierten de posibles riesgos a la baja. Un fortalecimiento inesperado de la economía estadounidense podría llevar a la Reserva Federal a adoptar una postura más agresiva en su política monetaria, elevando los tipos de interés y reduciendo el atractivo del oro como inversión.