El presidente de Bolivia, Luis Arce, y el exmandatario del país Evo Morales encabezaron este jueves una multitudinaria marcha en La Paz que fue convocada por organizaciones sociales para respaldar al Gobierno nacional y para mostrar su rechazo a las organizaciones de derechas de Santa Cruz que estarían ejecutando supuestas acciones de desestabilización.
La llamada ‘Marcha en defensa de la democracia y la reconstrucción económica’ fue convocada por el Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana (COB), y contó con la participación de decenas de organizaciones campesinas, indígenas, transportistas y mineras.
“Respeto a la democracia, es lo que exigimos. A esa oligarquía que nunca ganó elecciones le decimos que si no respeta el voto popular en las urnas, lo haremos respetar en las calles”, escribió Arce en un mensaje en su cuenta de Twitter que acompañó de una fotografía en donde está junto a Morales y el vicepresidente, David Choquehuanca.
Por su parte, Morales afirmó en redes sociales que era responsabilidad de los presentes “garantizar la unidad de nuestras organizaciones sociales ante afanes divisionistas de la derecha interna y externa, que bajo direccionamiento externo intenta provocar y desestabilizar”.
En el templete instalado en la Plaza Mayor de San Francisco, el secretario ejecutivo de la Federación Fabriles de Constructores, Valeiro Ayaviri, dijo que los obreros asistieron al evento para defender el Gobierno del presidente Arce y del vicepresidente David Choquehuanca.
“Nosotros, como obreros constructores, estamos presentes para defender la verdadera democracia (…) y decirle a esa derecha que nos deje trabajar. Los obreros queremos trabajar y no más golpes de Estado”, dijo Ayaviri.
En tanto, Choquehuanca reiteró que la marcha era para que los opositores “aprendan a respetar nuestra democracia, a las autoridades legítimamente electas”, según declaraciones citadas por la Agencia Boliviana de Información.
Las organizaciones sociales que promovieron la marcha acusan al gobernador de la región de Santa Cruz, el opositor conservador Luis Fernando Camacho, de querer desestabilizar el país andino con el objetivo de promover un golpe de Estado como el de 2019, cuando fue depuesto Morales.