Un equipo de científicos de universidades de Canadá, Reino Unido y China anunció este martes el descubrimiento de un embrión fosilizado de dinosaurio, perfectamente conservado en un huevo que parecía a punto de eclosionar, de manera similar a como lo hacen los de las aves contemporáneas. Las conclusiones de los especialistas fueron publicadas en la revista iScience.
El embrión, bautizado como ‘Pequeño Yingliang’ y de unos 27 centímetros de la cabeza a la cola, fue hallado en la ciudad-prefectura de Ganzhou (al sur de China). Aunque descubierto en 2000, el huevo no fue examinado hasta 2015, cuando una empresa china extractora de piedras compró el fósil y fue depositado en un almacén. Luego, el huevo fue analizado durante la construcción del Museo de Historia Natural de la Piedra de Yingliang, y así se reveló el esqueleto del embrión.
Según las estimaciones, data de hace 66 a 72 millones de años (lo que corresponde al Cretácico superior) y pertenece al clado de oviraptorosaurios de dinosaurios terópodos, que, con poca dentadura o ninguna, eran emplumados y habitaban en territorios actuales de Asia y América del Norte.
Todo un tesoro científico
La postura oval del ‘Pequeño Yingliang’ fue lo que más llamó la atención de los expertos. Así, su cabeza yace por debajo de su cuerpo, con las patas dobladas a cada lado y la espalda acurrucada, algo que antes no se había observado en huevos de dinosaurios.
Tal posición embrionaria es intrínseca a los pájaros modernos. Controlada por el sistema nervioso central, lleva al embrión a meter su cabeza por debajo de su ala derecha, para estabilizarla, mientras el pico rompe el caparazón del huevo.
Al comparar al ‘Pequeño Yingliang’ con embriones de otros dinosaurios y aves, los científicos supusieron que tal pauta de preparación para el nacimiento podría haberse originado entre los terópodos no avianos.
“El descubrimiento de este embrión sugiere que algunos comportamientos previos a la eclosión (por ejemplo, arroparse), que hasta ahora se consideraban exclusivos de las aves, pudieron estar arraigados en los dinosaurios de hace muchas decenas o cientos de millones de años”, precisó Fion Waisum Ma, una de las autoras principales del estudio, en un correo electrónico al portal LiveScience.
“Este pequeño y prenatal dinosaurio se parece a una cría de pájaro acurrucada en su huevo, lo cual es una prueba más de que muchos rasgos característicos de las aves actuales evolucionaron primero en su ancestro dinosaurio”, añadió Steve Brusatte, miembro del equipo científico, citado en un comunicado de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).