La avalancha de importaciones potencialmente “dudosas” de biodiésel de procedencia china a Europa debe someterse a un control más estricto por parte de la Unión Europea podría provocar el colapso del sector de los biocarburantes de la UE, según declaró el miércoles la principal organización de productores, EWABA.
La Asociación Europea de Biocombustibles Avanzados a partir de Residuos (EWABA, por sus siglas en inglés) afirmó que 11 plantas europeas de biodiésel ya han interrumpido su producción y otras 10 han reducido su capacidad.
La UE ha incentivado la producción de biodiésel a partir de aceites y grasas usados como parte de sus esfuerzos por aumentar el uso de energías renovables.
Al mismo tiempo, tanto los datos de la UE como los de las aduanas chinas muestran un aumento de las importaciones a Europa de productores chinos que ven la oportunidad que les brinda un mercado fuerte en Europa.
El grupo europeo de la industria de aceites vegetales FEDIOL citó la semana pasada un aumento anormal de las importaciones de biodiésel clasificado como procedente de residuos como motivo de la caída en picado de los precios de la colza.
Los precios de oferta en Europa del biodiésel avanzado se han reducido casi a la mitad desde agosto, según los comerciantes, lo que ha mermado las ganancias de los productores.
Según EWABA, el mecanismo de inspección de la UE no ha controlado suficientemente las importaciones, y los comerciantes afirman que las auditorías puntuales en China son insuficientes para garantizar que no se utilicen materiales menos sostenibles, sobre todo aceite de palma, para fabricar biocombustible.
“La promoción del biodiésel a partir de residuos y del biodiésel avanzado debe ir acompañada de una vigilancia eficaz y de prácticas de auditoría y verificación sólidas en todo el mundo… evitando así actividades dudosas o fraudulentas”, afirmó EWABA, sin nombrar empresas chinas concretas.
Si las autoridades no toman medidas enérgicas contra los flujos, añadió: “Pronto estaremos en un camino que desembocará irremediablemente en el colapso total de la industria de la UE. El resultado sería la desindustrialización y la pérdida de puestos de trabajo”.
Dirigió su carta abierta a la Comisión Europea, al Ministerio Federal de Medio Ambiente alemán y a la Autoridad Neerlandesa de Emisiones. Ninguno de ellos respondió inmediatamente a la petición de Reuters de comentarios.