El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se sienta en el banquillo de los acusados por decimocuarta vez el martes para echar por tierra las acusaciones de corrupción contra él en un largo juicio. Es el primer dirigente israelí en ejercicio que se sienta en el banquillo como acusado penal en el juicio, que comenzó el 24 de mayo de 2020 pero se retrasó debido a la guerra entre Israel y Hamás. El testimonio es un punto bajo para el líder más longevo de Israel, que también se enfrenta a una orden de detención internacional por presuntos crímenes de guerra en Gaza.
Netanyahu se enfrenta a tres casos separados de corrupción que se presentaron en 2019, que incluyen acusaciones de fraude, soborno y abuso de confianza. En uno de ellos, se le acusa de aceptar puros y champán por valor de decenas de miles de dólares de un multimillonario productor de Hollywood a cambio de ayuda con intereses personales y empresariales.
Favores a cambio de una cobertura mediática positiva
Netanyahu presuntamente concedió favores normativos por valor de unos 475.000 euros a Bezeq, empresa de telecomunicaciones propietaria del sitio web de noticias ‘Walla’. A cambio, los fiscales alegan que buscó cobertura mediática positiva para él y su esposa Sara. También se le acusa de negociar un acuerdo con el propietario del periódico israelí ‘Yedioth Ahronoth’ para obtener una mejor cobertura.
Netanyahu ha negado haber cometido delito alguno y ha afirmado que las acusaciones son una caza de brujas orquestada por unos medios de comunicación hostiles y un sistema judicial sesgado que pretenden derrocar a su Gobierno.
Netanyahu podría ser condenado a 10 años de prisión
De ser declarado culpable, Netanyahu podría enfrentarse a una pena de hasta 10 años de prisión y una multa por los cargos de soborno, y a una pena de hasta tres años de prisión por los cargos de fraude y abuso de confianza.
El juicio, que se encuentra ya en su quinto año, no está previsto que concluya pronto, ya que el testimonio y el interrogatorio de Netanyahu probablemente durarán al menos ocho meses más.
La guerra contra Hamás ha retrasado el juicio
El atentado del 7 de octubre de 2023 de Hamás contra Israel retrasó inicialmente el juicio, ya que el país lanzó su guerra contra Gaza. El juicio se reanudó en diciembre del año pasado. Antes de la guerra, la política israelí se había visto sacudida por los problemas legales de Netanyahu
Tras ganar las elecciones de 2022, su Gobierno de extrema derecha intentó frenar los poderes del tribunal mediante una campaña judicial, lo que provocó protestas masivas en Israel y temores internacionales por el futuro de la democracia del país. Netanyahu ha negado cualquier relación entre la revisión judicial y su proceso.
