Durante la décima reunión del Comité Central de Finanzas de China, encabezada esta semana por el presidente chino Xi Jinping, se reiteró la necesidad de fortalecer en el país la regulación de los ingresos “excesivamente altos” y de alentar a los grupos y empresas de altos beneficios a “regresar más a la sociedad” para garantizar “la prosperidad común”.
“La prosperidad común es la prosperidad de todo el pueblo. Es la vida tanto material como espiritual de las personas. No es la prosperidad de unos pocos, ni tampoco es un igualitarismo uniforme”, defendió el líder chino.
Xi Jinping indicó que la prosperidad común, que es el “requisito esencial del socialismo”, es una tarea a largo plazo que deberá ser implementada gradualmente, por lo que animó a crear condiciones “más inclusivas y justas” para que la gente tenga una mejor educación y mejore sus capacidades de desarrollo, así como a crear oportunidades “para que más personas se enriquezcan”.
En la reunión también se destacó la importancia de ampliar la proporción de grupos de ingresos medios, aumentar los ingresos de los grupos de ingresos bajos, ajustar razonablemente los ingresos “excesivamente altos” y perseguir los ingresos ilegales.
Objetivos cumplidos y los que aún faltan por alcanzar
Según datos de Credit Suisse citados por Reuters, el 1 % de las personas más ricas de China posee actualmente el 31 % de la riqueza del país, frente al 21 % de hace dos décadas. Según los analistas, para garantizar la “prosperidad común”, el Gobierno chino podría elevar los tipos impositivos para las compañías tecnológicas del 10 % preferencial del que gozan al 25 % que se aplica al resto de empresas.
Anteriormente, Pekín declaró que la pobreza extrema en el país había sido erradicada a finales del año pasado, lo que supuso un paso más para cumplir el objetivo del primer centenario del Partido Comunista de China, que era “construir una sociedad moderadamente próspera en todos los aspectos”.
Ahora, según el informe del comité, el gigante asiático sigue avanzando hacia la meta del segundo centenario, que es “convertir China en un gran país socialista moderno en todos los aspectos”, dijo Xi Jinping el pasado mes de julio en el marco de las celebraciones por los cien años del partido.