El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Michael McCaul, señaló que es necesario que el Congreso endurezca las restricciones para las inversiones de empresas estadounidenses en China, informó este viernes Bloomberg.
De acuerdo con sus palabras, las medidas propuestas a principios de este verano por el presidente Joe Biden son insuficientes, a juzgar por los recientes avances que experimenta la tecnología china. McCaul propone dos medidas que, en su opinión, podrían cambiar la situación: “imponer sanciones contra empresas chinas individuales y frenar el gasto en todo el sector”, indica el medio.
El primer método se basa en un proyecto de ley de la cámara que exigía la introducción de sanciones contra las compañías que trabajen para la defensa o vigilancia de China. Al mismo tiempo, el jefe del Comité de Exteriores busca fortalecer una medida aprobada por el Senado que, de momento, solo obliga a notificar al Gobierno estadounidense sobre las inversiones en los sectores de alta tecnología del país asiático.
“Creo que podemos revisar esa lista sector por sector y prohibir la venta en lugar de simplemente notificar”, dijo McCaul. “Pon la parte de las sanciones y tendremos un proyecto de ley realmente fuerte para contrarrestar a China”, manifestó. “Estoy cansado de ver cómo nos roban nuestra tecnología y la utilizan en sus armas”, aseveró McCaul.
Disputas en el sector tecnológico
Esta misma semana, el Departamento de Comercio de EE.UU. estableció un conjunto de reglas que prohíbe invertir dentro del sector de los chips en países que sean motivo de “preocupación”. La medida estará vigente durante 10 años y se aplica a los receptores de ayuda gubernamental en virtud de la Ley de Ciencia y Chips, firmada en agosto pasado y dirigida a reducir la dependencia de Washington de las cadenas chinas de suministro de semiconductores, además de impulsar su competitividad frente a Pekín.
Estas reglas, inicialmente propuestas en marzo, restringen para los receptores de ayuda estatal (por un valor total de 52.700 millones de dólares) el acceso a ciertos estudios conjuntos y el licenciamiento de tecnologías en los mencionados países extranjeros, al tiempo que clasifican a los semiconductores como críticos para la seguridad nacional de EE.UU. En caso de violación de esas normas, las autoridades podrán recuperar toda la ayuda destinada a la compañía que haya incumplido.
En particular, la nueva regulación concierne a Pekín. Este martes, al intervenir ante el Congreso estadounidense, la secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, en referencia a Washington destacó: “[tiene que] estar absolutamente atento a que ni un centavo de esto [las subvenciones estatales] ayude a China a adelantarse a nosotros”.
A finales de julio, la secretaria de Comercio comentó que las medidas de control a las exportaciones hacia China no deben ser tan estrictas como para “privar a las empresas estadounidenses de beneficios, mientras China puede obtener el producto en cualquier otro lugar”. Esas reglas “privarán a las empresas estadounidenses de algunas ganancias, pero creemos que vale la pena”, aseveró.