La Administración de Joe Biden ve “indignantes” las declaraciones que realizó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante su visita a China, tal como afirmaron el sábado funcionarios estadounidenses entrevistados por el medio brasileño Folha. Lula dijo el sábado ante la prensa en Pekín, capital china, que EE.UU. debería dejar de “fomentar” la guerra en Ucrania. “Estados Unidos necesita dejar de fomentar la guerra y empezar a hablar de paz; la Unión Europea necesita comenzar a hablar de paz para que podamos convencer a [presidente ruso, Vladímir] Putin y [presidente ucraniano, Volodimir] Zelenski de que la paz es del interés de todos y que la guerra solo interesa, por ahora, a ellos dos”, clamó.
Esta declaración del mandatario brasileño, según los aludidos funcionarios norteamericanos, ha atribuido la responsabilidad de la guerra entre Rusia y Ucrania a Estados Unidos, es más, han expresado, “lo más problemático” es la visión de Lula sobre Estados Unidos como un obstáculo para terminar dicho conflicto, pues señala a China y Rusia como los países que son capaces de acabarla.
A juicio de los entrevistados por Folha, los brasileños no solo no han sabido controlar el equilibrio en sus posiciones, sino que han adoptado una postura de clara antipatía hacia Washington.
Incluso, fueron más allá, apuntando el dedo acusador contra el titular de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, y el asesor especial de Lula, Celso Amorim, por adoptar “un tono de antagonismo contra Estados Unidos”.
El gigante asiático ha sido el mayor socio comercial de Brasil durante 14 años. Si bien el comercio de productos agrícolas, minerales y petróleo se mantiene estable, la inversión china en el país suramericano continúa creciendo en proyectos de infraestructura y bienestar público.
Ambos países han acordado recientemente realizar transacciones en sus propias monedas, de reales brasileños a yuanes chinos y viceversa, sin requerir dólares en su comercio bilateral para facilitar inversiones.