Este martes arranca en La Habana, Cuba, el tercer ciclo de negociaciones en el diálogo que mantiene el Gobierno de Colombia con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que en principio estaba prevista para iniciar la semana pasada.
“Desde ya agradecemos a Cuba por ser sede de esta mesa de diálogos […] Esperamos cumplir con los objetivos y propósitos de este tercer ciclo”, dijo la delegación del ELN, a través de su cuenta en Twitter, el pasado 24 de abril. Por su parte, la delegación del Gobierno colombiano también ratificó su voluntad de “avanzar en este proceso” y valora “el invaluable apoyo de la República de Cuba a la paz de Colombia”.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, por su parte, expresó que su país ratifica su compromiso con la paz en Colombia, “con la esperanza de que las partes en este ciclo logren avances en la agenda pactada”. Asimismo, el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, comentó que acogerán la celebración de este tercer ciclo de negociaciones “con la tradicional disposición e imparcialidad de Cuba”, en calidad de garante y sede alternativa.
“Una vez más se comprueba la disposición cubana para contribuir a que el pueblo colombiano alcance la paz”, manifestó, por su parte, Eugenio Martínez Enríquez, director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla. En esta nueva ronda el cese bilateral al fuego es uno de los temas centrales, como han confirmado ambas partes. Venimos a este ciclo a pactar un cese al fuego”, dijo el jefe del equipo negociador del ELN, Pablo Beltrán, el pasado lunes, desde La Habana, recoge EFE. Sobre ese tema, a principios de abril, el jefe negociador del Gobierno, Otty Patiño, comentó que “ha habido unas respuestas importantes” del grupo guerrillero, “en el sentido de la disposición” a negociar sobre ello.
Añadió que existe presión nacional e internacional para que el ELN acepte el cese al fuego. “Vamos hacia un desescalamiento del conflicto armado, donde juegue cada vez más la voz de la política y menos la voz de las armas, de las amenazas y las agresiones”, expresó.
Este tema tomó mayor relevancia luego del ataque perpetrado por el ELN en contra de un contingente militar, que dejó nueve militares muertos y ocho heridos en Guamalito, departamento del Norte de Santander, el pasado 29 de marzo. Tras ello, el 31 de marzo hubo una reunión del presidente de Colombia, Gustavo Petro, con la delegación del Gobierno que dialoga con el ELN y representantes de los países garantes y acompañantes del proceso de paz, en la que la principal instrucción del jefe de Estado fue la de pactar el cese al fuego y de hostilidades durante el tercer ciclo de conversaciones. Además del cese al fuego, hay otros dos temas en agenda para esta ronda de negociaciones en La Habana: la participación de la sociedad en el proceso, así como las acciones y dinámicas humanitarias.
El grupo guerrillero afirmó en un trino que “se examinará el cumplimiento y la ejecución de los acuerdos logrados en los dos ciclos anteriores sobre las ‘dinámicas y acciones humanitarias’. El diálogo entre el ELN y el Gobierno de Colombia arrancó en febrero de 2017 en Quito, Ecuador, durante la administración del presidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018), y cuando Rafael Correa aún gobernaba en el vecino país. No obstante, en abril de 2018, el entonces mandatario ecuatoriano Lenín Moreno anunció que su país dejaría de ser sede, por lo que las negociaciones se trasladaron a Cuba. Las conversaciones fueron suspendidas posteriormente por el Gobierno el entonces mandatario Iván Duque (2018-2022), tras el atentado del ELN contra una escuela de cadetes.
El diálogo se reanudó con la llegada de Petro a la presidencia en Colombia. En octubre del año pasado, ambas partes pactaron, en un encuentro en Caracas, Venezuela, el reinicio de las conversaciones de paz.
Así, el 21 de noviembre se reinició el diálogo en la capital venezolana. Ese primer ciclo de las negociaciones se extendió hasta el 12 de diciembre y culminó con un acuerdo para promover alivios humanitarios en algunas de las regiones más golpeadas por el conflicto armado, especialmente en el Bajo Calima, en el departamento de Valle del Cauca, y el municipio Medio San Juan, del departamento del Chocó. En esa oportunidad también se acordó atender la emergencia humanitaria para un grupo de presos del ELN, afectados por la crisis carcelaria en Colombia. En ese primer ciclo, asimismo, acordaron la “institucionalización de la Mesa de Diálogos de Paz”, que cuenta con una normativa que “regula y potencia su trabajo”. En este punto se establecieron “protocolos con reglas claras“ para ambas partes; así como para la labor de la comunidad internacional a través de los países garantes, acompañantes y testigos del proceso de negociación.
Y también hubo un acuerdo sobre la “pedagogía y comunicaciones” establecida para “fortalecer y ampliar el apoyo y participación de la sociedad colombiana y de la comunidad internacional en el desarrollo del diálogo”.
También se adelantó que el segundo ciclo iniciaría en enero de este año y su sede sería Ciudad de México. El lugar se mantuvo, pero esta nueva ronda recién comenzó el 13 de febrero y se extendió hasta el 10 de marzo. Al cierre de ese ciclo, el presidente Petro firmó una resolución que reconoce al ELN como una “organización armada rebelde” e indicó que las conversaciones estaban encaminadas a “obtener soluciones al conflicto armado”.
Asimismo, las partes acordaron avanzar en una “nueva agenda de diálogos para la paz”, que incluye seis puntos transversales que serían abordados en adelante en el diálogo: participación de la sociedad en la construcción de la paz, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado y plan general de ejecución de los acuerdos.
El quinto punto incluye debatir sobre “el cese al fuego y de hostilidades de carácter bilateral”, para generar condiciones que permitan superar el conflicto armado. Las conversaciones cuentan con Brasil, Cuba, Chile, México, Noruega y Venezuela como países garantes; mientras que como acompañantes están España, Alemania, Suecia, Suiza. También están como acompañantes permanentes el Representante Especial del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal de Colombia.