El equipo del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) presentó con ‘bombo y platillo’ los acuerdos alcanzados tras el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad entre México y EE.UU. que se llevó a cabo el 8 de octubre.
De acuerdo con el canciller de la nación latinoamericana, Marcelo Ebrard, finalmente se dio por terminada la Iniciativa Mérida para dar paso al Entendimiento Bicentenario, un esquema de cooperación que marca un antes y un después en la relación bilateral.
Son dos los cambios principales respecto a la Iniciativa Mérida, según el secretario de Relaciones Exteriores de México. El primero es que se incorpora una visión con un “enfoque más integral”. El segundo es que “se toman en cuenta las prioridades de México al mismo nivel que las de EE.UU.”.
Para Ebrard el “enfoque más integral” significa que ahora el Gobierno de EE.UU. “reconoce” que hay que atender las “causas de fondo” de la inseguridad y la violencia. Sobre las prioridades de México, destaca el combate de la pobreza y la generación de empleos en zonas vulnerables (el sureste de México y Centroamérica), así como la disminución en el consumo de drogas, que serán tomadas en cuenta por la Administración de Joe Biden.
La diferencia, bajo la óptica de Ebrard, es que durante el tiempo que estuvo vigente la Iniciativa Mérida, EE.UU. se limitaba a enviar armamento y equipo militar para “capturar a los capos y con eso resolver el problema (de la inseguridad y la violencia)”. Mientras que, en la actualidad, “se reconoce que eso ya no es suficiente” para garantizar el éxito de la estrategia bilateral en materia de seguridad.
En ambas iniciativas se consideran desde la mejora de las capacidades internas para la procuración de justicia, cursos de capacitación y adiestramiento en diversas áreas, hasta incrementar la coordinación y el intercambio de información.
En los documentos oficiales sobre la Iniciativa Mérida, a contrapelo de lo que sostiene el canciller, no se plantea que el único objetivo sea la captura de los líderes de las organizaciones criminales. Y tampoco que las acciones se reduzcan a transferencias de armamento y equipo militar de EE.UU. a México.
De hecho, la última vez que se envió armamento y equipo militar en el marco de la Iniciativa Mérida fue durante el año fiscal 2011 de EE.UU.—según datos proporcionados por el Congreso de EE.UU.—, cuando se rediseñaron los objetivos de la cooperación, incorporando una amplia variedad de temas tangenciales para acompañar la política de seguridad.
En el comunicado ‘Iniciativa Mérida: un nuevo paradigma de cooperación en materia de seguridad’, ya se consideraban acciones conjuntas de un amplio espectro para lograr el desmantelamiento de organizaciones criminales, entre ellas, combatir el tráfico de armas y personas en la frontera, así como el lavado de dinero.
“Junto con sus contrapartes mexicanas, (el Gobierno de EE.UU.) ha incrementado sus esfuerzos para interrumpir el tráfico de narcóticos, dinero, personas y armas a través de la frontera”, se señala en el documento que sentaba las bases del plan auspiciado por los presidentes Felipe Calderón y George W. Bush.
En el primer comunicado sobre la Iniciativa Mérida se establece que EE.UU. iba a hacer frente a “todos los aspectos relacionados con el tráfico de drogas”, incluyendo la demanda. Esto es, desde 2007 ya se había hecho patente la necesidad de reducir el nivel de consumo en la Unión Americana como parte de la estrategia contra el tráfico de drogas.
La Iniciativa Mérida no es solamente asistencia militar y de seguridad de México hacia EE.UU. como sostuvo Ebrard durante el Diálogo de Alto Nivel. Tanto en el Entendimiento Bicentenario como en la Iniciativa Mérida la cooperación entre ambos países incluye varios rubros.
En ambas iniciativas se consideran desde la mejora de las capacidades internas para la procuración de justicia, cursos de capacitación y adiestramiento en diversas áreas, hasta incrementar la coordinación y el intercambio de información para el combate de grupos criminales transnacionales.
El rechazo a la ‘guerra contra el narcotráfico’
Lo que el equipo del presidente López Obrador presenta como un “cambio de fondo” en el nuevo acuerdo suscrito con EE.UU. no es sino el cambio de visión de su Gobierno respecto a los principios que deben guiar la política de seguridad en el plano interno.
Desde el inicio de su Administración, López Obrador buscó tomar distancia de la denominada ‘guerra contra el narcotráfico’ lanzada durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012). De ahí que la Iniciativa Mérida, que se implementó justo en aquel momento, siempre haya sido vista con recelo por el político tabasqueño.
El Gobierno de López Obrador recibió recursos por un monto equivalente a 421 millones de dólares entre los años fiscales 2018 y 2020.
El presidente López Obrador señaló que los elementos de la Guardia Nacional, en lugar de ejecutar “acciones espectaculares” (en referencia a la captura de los líderes de los carteles de la droga), iban a concentrar sus esfuerzos en “garantizar la seguridad” de la población y generar las condiciones para “pacificar el país”. En mayo de 2019 declaró que el enfoque de la Iniciativa Mérida debía modificarse, en rechazo a las donaciones de armamento y equipo militar de EE.UU.
“Lo de la Iniciativa Mérida queremos que se reoriente por completo, porque eso no ha funcionado. No queremos que haya cooperación para el uso de la fuerza, queremos que haya cooperación para el desarrollo, no queremos la llamada Iniciativa Mérida (…) La propuesta que estamos haciendo es la del plan de desarrollo para el sureste y los países centroamericanos”.
La iniciativa, sin embargo, no se desechó ni se actualizó. El esquema de cooperación con EE.UU. se mantuvo intacto durante 34 meses, hasta el 8 de octubre pasado, cuando se anunció el lanzamiento de una estrategia bilateral con otro nombre, el Entendimiento Bicentenario.
Las donaciones de EE.UU. a México en el marco de la Iniciativa, no obstante, nunca se detuvieron. Según cifras reportadas por el Congreso de EE.UU., el Gobierno de López Obrador recibió recursos por un monto equivalente a 421 millones de dólares entre los años fiscales 2018 y 2020.
Martha Bárcena, exembajadora de México en EE.UU., reveló a principios de octubre que una parte de los recursos se utilizó para la compra de equipo de computación y software de la Unidad de Inteligencia Financiera, así como la adquisición de equipo para los cruces fronterizos gestionados por el Sistema de Administración Tributaria.
Otra parte, explicó, se dirigió a financiar la metodología que sigue la Secretaría de Marina (Semar) para medir la extensión de los cultivos de amapola, el programa de desaparecidos—a cargo de la Secretaría de Gobernación—, y tecnologías para estudios de genética.
La diplomática en retiro, que fue distinguida por la Administración de López Obrador como ’embajadora emérita’, finalmente llamó la atención sobre el hecho de que desde EE.UU. se venían aplicando cambios a la Iniciativa Mérida, pero nunca se preparó una respuesta a los mismos desde México.
Más allá del rechazo por considerarla un esquema de cooperación con énfasis en aspectos militares y de seguridad, Bárcena lamenta que el Gobierno mexicano no se haya sentado a negociar los cambios impulsados desde Washington. En la Administración de AMLO, asegura, “no leyeron los documentos de transformación”.
Los “cambios” en los términos de cooperación con EE.UU.
Lo que cambia en el Entendimiento Bicentenario respecto a la Iniciativa Mérida es que se pone énfasis en la necesidad de “fomentar el desarrollo” como parte de una “estrategia integral” de cooperación entre ambos países que busca “abordar las causas fundamentales de la violencia”.
La Iniciativa Mérida fracasó en su intento de disminuir la violencia en México y reducir el consumo de droga en EE.UU. De 2008 a 2020 el número de homicidios pasó de 14.006 a 36.579.
Además, se establece un mecanismo de seguimiento, elemento que se abandonó bajo la Iniciativa Mérida. En contraste, bajo el Entendimiento Bicentenario se hará un seguimiento con base en datos verificables, con reuniones anuales donde se hará un balance de los planes de trabajo ejecutados por los Gobiernos de ambos países.
“El éxito se va a medir porque haya menos homicidios en México y menos consumo de droga, esa es la diferencia”, sentenció el canciller Marcelo Ebrard al término de su encuentro con Antony Blinken, titular del Departamento de Estado de EE.UU.
Si se califica con base en los números, la Iniciativa Mérida fracasó en su intento de disminuir la violencia en México y reducir el consumo de droga en EE.UU. Según cifras oficiales, de 2008 a 2020 el número de homicidios cometidos anualmente en territorio mexicano pasó de 14.006 a 36.579, un aumento de un 161,2 por ciento.
El consumo de drogas en la Unión Americana también aumentó. Durante ese mismo periodo el número de muertes por sobredosis en EE.UU. al año pasó de 36.450 a 92.452, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Y, peor todavía, durante los últimos meses se registra un incremento sustantivo en el consumo de drogas de bajo costo, tanto en México como en EE.UU., destacó Marcelo Ebrard durante la conferencia de prensa con Antony Blinken desde la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Sobre el tráfico de armas, un aspecto que también se incluye en el Entendimiento Bicentenario—pero que ya tomaba en cuenta la Iniciativa Mérida—, cabe destacar que ya existe un subgrupo de trabajo sobre este tema que forma parte del Grupo de Alto Nivel de Seguridad México-EE.UU.
Sin embargo, hasta el momento la cooperación bilateral en este rubro no se ha visto traducida en resultados. Fabián Medina, quien hasta marzo pasado se desempeñó como jefe de la Oficina del canciller de México, reveló que, según estimaciones del Gobierno, cada año ingresan entre 250.000 y 280.000 armas de forma ilegal.
En agosto de este año la Administración de López Obrador presentó una demanda civil en contra de 11 empresas fabricantes de armas en EE.UU., a las que acusó de “facilitar el flujo de armamento y alimentar la violencia”. “Si no ganamos, no van a entender. Van a seguir haciendo lo mismo y vamos a tener muertos todos los días en México”, advirtió Ebrard en aquel momento.
En suma, vistas las metas y líneas de acción, el Entendimiento Bicentenario no es muy distinto en comparación con la Iniciativa Mérida, es (casi) una versión reciclada. Si bien se reconoce la urgencia de atender las causas de la inseguridad y la violencia, así como la importancia de fomentar una política de desarrollo, en el discurso no sería la primera vez que el Gobierno de Joe Biden asume compromisos de este tipo con su vecino del Sur.