Las sanciones de EE.UU. impuestas contra Pekín bajo el pretexto de la situación de los derechos humanos en el Tíbet son ilegales, declaró este lunes el vocero del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin.
“Esto [las sanciones] manifiestamente interfiere en los asuntos internos de China, viola descaradamente las reglas básicas de las relaciones internacionales y socava gravemente las relaciones chino-estadounidenses. China se opone con firmeza y lo condena enérgicamente”, afirmó Wang.
El portavoz subrayó que “los asuntos acerca del Tíbet son puramente asuntos internos de China”, por lo que otros países no tienen derecho de interferir en ellos.
“EE.UU. no tiene derecho a imponer sanciones injustificadas contra otros países y no está en condiciones de actuar como ‘gendarme mundial’. Alentamos a EE.UU. a levantar sus así llamadas sanciones inmediatamente y a dejar de interferir en los asuntos del Tíbet”, agregó.
“China tomará medidas eficaces y decididas para asegurar sus derechos e intereses legítimos”, concluyó el vocero.
El Departamento de Tesoro de EE.UU. impuso sanciones contra dos funcionarios chinos en la región de Tíbet, Wu Yingjie y Zhang Hongbo, acusados de violar los derechos humanos y vulnerar la libertad religiosa de la población local. Asimismo, Washington sostiene que bajo su mando se llevaron a cabo torturas y matanzas de prisioneros.
“Carácter hegemonista” de la política de Washington
Por otra parte, Wang comentó las declaraciones del embajador de EE.UU. en Pekín, Nicholas Burns, hechas el sábado pasado, respecto a la situación de los DD.HH. en China. El diplomático acusó al Gobierno chino de llevar a cabo una política “represiva” en el Tíbet, cometer “crímenes de lesa humanidad” contra los musulmanes en Xinjiang y vulnerar la autonomía de Hong Kong.
Según Wang, el embajador lanza “acusaciones infundadas” y sus palabras son una muestra del “carácter hegemonista, arbitrario y acosador” de la política de Washington” y de “su agenda política de usar cuestiones de los derechos humanos como pretexto para interferir en los asuntos internos de China y socavar la estabilidad, el desarrollo y la solidaridad étnica de China”.