Las armas que Occidente envía a Ucrania no pueden ser empleadas para atacar territorio ruso, pero ese compromiso podría acabarse en las próximas semanas porque el debate se ha abierto en el seno de la OTAN y hay países como Francia que quieren terminar con esa limitación. También está de acuerdo con ello el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, quien considera que Kiev debería poder atacar objetivos militares en Rusia porque “forma parte de su derecho a defenderse”, aseguró en una entrevista en La Vanguardia el dirigente noruego.
“No debemos olvidar que esta es una guerra de agresión. Rusia ha invado Ucrania violando flagrantemente el Derecho Internacional”, advirtió Stoltenberg. Para él, el mayor riesgo sigue siendo que Vladimir Putin venza en la guerra, aunque asume que si se levanta el bloqueo al uso de armas de Ucrania en Rusia hay una posibilidad de escalada. Además, el secretario general de la OTAN celebra los acuerdos bilaterales de Kiev con países europeos, entre ellos Ucrania. “Son equipos muy importantes y demuestran el papel clave que España está teniendo”, expresó.
Estas palabras se dieron además en la línea marcada por los gobiernos francés y polaco, y en el marco de la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN este martes en Praga como previa a la cumbre de Washington del próximo mes de julio. En la cumbre fortaleceremos nuestra disuasión y defensa para un mundo más peligroso. Reforzaremos nuestro apoyo a Ucrania, tanto ahora como para el futuro, y fortaleceremos nuestras asociaciones en todo el mundo”, comentó Stoltenberg.
El paquete para Ucrania que está previsto acordar en Washington también debería cubrir la cuestión de la financiación. El secretario general de la OTAN ha propuesto crear un fondo para Ucrania con 100.000 millones de euros en cinco años, pero las cifras y modalidades definitivas se siguen negociando en la Alianza. El objetivo es que ese apoyo a Ucrania se “reparta bien” entre los aliados, teniendo en cuenta que la guerra ya está estancada y se alargará en el tiempo más de lo previsto.
Por otro lado, el encuentro en la capital estadounidense debería servir para nombrar al sustituto de Jens Stoltenberg al frente de la OTAN. El debate sigue abierto, con el ex primer ministro neerlandés, Mark Rutte, como favorito -tiene el apoyo por ejemplo de Estados Unidos y del Reino Unido-, aunque también forma parte de la lista de candidatos el actual presidente de Rumanía, Klaus Ioannis.
En la Unión Europea también vuelve a haber cierta división cuando se va a los matices. Los 27 han enseñado ciertas discrepancias sobre el siguiente paso que debe darse para apoyar a Ucrania en el marco de la invasión rusa. La duda está, precisamente, en si se pueden mandar más soldados para formar a las tropas de Kiev y en si el Ejército de Zelenski puede o no responder con ataques sobre objetivos militares en Rusia.
Si esto pasa, habrá “graves consecuencias”, avisó rápidamente el presidente ruso, Vladimir Putin, quien consideraría una escalada total que Europa entregue armas a Kiev para que ataque a Moscú. “Los países deberían ser conscientes de lo que se juegan”, aseguró el inquilino del Kremlin, con la mirada puesta sobre la OTAN y con un aviso que implicó directamente a los países “pequeños” con “poblaciones densas”. Sentenció con una frase rotunda: “Esto es una escalada y un paso más hacia un grave conflicto en Europa”.