Los combates en el este de Ucrania se están intensificando. Cada día aparecen nuevos informes sobre víctimas mortales en esta región destrozada por el conflicto armado. Ahora que los ciudadanos rusos que viven en Donbás están en la línea del fuego, suenan voces preocupadas que temen el inicio de una nueva guerra.
El conflicto armado en el este de Ucrania se remonta a 2014. Tras el golpe de Estado y la llegada de los nacionalistas al poder, algunas de las regiones orientales del país proclamaron su deseo de integrarse en la Federación de Rusia, igual que lo hizo Crimea en marzo de 2014. En vez de buscar puntos en común y tratar de resolver el conflicto, Ucrania mandó su Ejército para sofocar el levantamiento e imponer sus nuevas reglas sobre estos territorios.
El levantamiento en Donbás fue una respuesta a la amenaza que provenía de los nacionalistas ucranianos. En la etapa inicial los manifestantes de esta región llamaron a federalizar Ucrania y entregar un estatus especial a las regiones rusohablantes. Pero, luego, la población de Donetsk y Lugansk pronto entendió que Kiev no iba a hacer ningún tipo de concesión. Las autoridades ucranianas tampoco están dispuestas a hacerlas hoy, a siete años del inicio de la guerra.
Actualmente las autoridades de las dos repúblicas autoproclamadas todavía sueñan con tener la misma suerte que Crimea y Sebastopol en 2014. Sin embargo, Rusia insiste en que estas regiones sigan siendo parte de Ucrania, pero como autonomías.
Sin embargo, al mismo tiempo Moscú respeta la voluntad de los habitantes de Donbás y en junio de 2019 empezó a entregar pasaportes rusos a los habitantes de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk.
La reciente escalada demuestra una vez más que la política rusa en el este de Ucrania ha sido justificada. Ahora que el conflicto en Donbás puede desencadenar una guerra sin cuartel, los habitantes de las dos repúblicas autoproclamadas sienten que su hermana mayor, Rusia, no las abandonará a su suerte.
Pero ¿qué tan factible es la posibilidad de una nueva guerra en el este de Ucrania?
Milicianos de Donbás
La seguridad de Rusia, en peligro
La nueva escalada ya se ha cobrado víctimas mortales, tanto militares como civiles, incluidos menores de edad. Las repúblicas autoproclamadas denuncian numerosos ataques por parte del Ejército ucraniano.
Además, los efectivos de unidades de operaciones especiales de Ucrania ya operan en las proximidades de Donetsk, lo que confirma los temores de las autoridades de las dos repúblicas. El Ejército ucraniano envió refuerzos a Donbás aunque oficialmente solo habla de una rotación de efectivos. No obstante, en realidad Kiev aumenta significativamente su contingente en esta región.
De manera simultánea, la OTAN empezó a utilizar una retórica belicosa. EEUU mandó sus buques al mar Negro para mostrar su apoyo y solidaridad con las acciones de Kiev en su confrontación contra las dos repúblicas autoproclamadas.
Entretanto, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, reveló el 13 de abril que la OTAN está trasladando unos 40.000 efectivos de América del Norte a Europa. Las fuerzas de la Alianza Atlántica se concentran en los países bálticos y la región del mar Negro, lo que está demasiado cerca de las fronteras rusas y representa una amenaza directa para su seguridad.
Por eso, informó Shoigú, Rusia desplegó dos de sus ejércitos y tres unidades de Fuerzas Aerotransportadas para poder repeler un posible ataque por parte de la OTAN y sus cómplices ucranianos. Pero Moscú subraya que sus acciones tienen exclusivamente un carácter defensivo.
Moscú solo busca proteger sus fronteras y las vidas de los ciudadanos rusos. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peksov, anunció que los movimientos de las fuerzas militares rusas dentro del territorio ruso son un asunto interno. Al mismo tiempo, las autoridades rusas rechazaron oficialmente la posibilidad de una guerra contra Ucrania.
Kiev, por su parte, también rechazó la posibilidad de una ofensiva en Donbás. Pero esto es difícil de creer porque todos saben el valor de las promesas de las autoridades ucranianas. Por lo tanto, las repúblicas de Donetsk y Lugansk tienen que prepararse para lo peor. Las ‘cabezas calientes’ en Kiev, a su vez, tienen que entender que una nueva aventura podría acabar muy mal para su país: si las repúblicas autoproclamadas optaran por una ofensiva, Ucrania podría perder aún más territorios.
Los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania (archivo)
Los riesgos y posibles desenlaces
Es evidente que Rusia hará todo lo posible para proteger a los ciudadanos rusos en Donbás, pero al mismo tiempo dedica sus esfuerzos a evitar un conflicto armado. Kiev todavía sueña con una solución armada del conflicto en el este del país inspirado por el reciente contencioso en Nagorno Karabaj.
A partir de 2014 el Ejército ucraniano se sometió a una modernización profunda, pero todavía es incapaz de derrotar a las repúblicas de Donbás que cuentan con la ayuda rusa. Sin la ayuda de la OTAN, Ucrania no será capaz de sostener una presión por parte de los ejércitos de las repúblicas autoproclamadas.
Ir a la guerra hoy lleva consigo muchos riesgos por eso es probable que Kiev opte por esperar y ver. En reiteradas ocasiones los políticos ucranianos dijeron que Kiev reclamará sus “territorios perdidos” —Crimea y Donbás— una vez que Rusia pase por un período turbulento o se convierta en un país débil. Pero en este caso las autoridades ucranianas están destinadas a esperar eternamente.
En otras palabras, una guerra entre Rusia, Ucrania, las repúblicas de Donbás y la OTAN es muy improbable. Este show que Kiev ha montado posiblemente busca sondear las defensas de las repúblicas autoproclamadas y poner a prueba la reacción de Rusia a este tipo de acciones agresivas. Sin duda, la respuesta de Rusia siempre será dura.
Los soldados de la república autoproclamada de Lugansk