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Opinión

Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara: El Cristo Morado de los viajeros peruanos

El Cristo morado es una manifestación popular que los inmigrantes peruanos han llevado a decenas de ciudades en el mundo, esta veneración ha pasado a ser reconocida internacionalmente y auspiciada oficialmente por diversas autoridades locales en los países que los inmigrantes de la diáspora peruana han escogido como lugar de residencia.

Las procesiones en diversas ciudades en el mundo son parte del fenómeno de las migraciones internacionales; los migrantes peruanos y peruanas traen consigo su fe religiosa y la comparten en las ciudades donde han elegido su nuevo lugar de residencia:  Atlanta, Asunción, Barcelona, Belo Horizonte, Bogotá, Bucarest, Buenos Aires, Chicago, Cuenca, El Cairo, Estocolmo, Filadelfia, Friburgo, Génova, Ginebra, Iquique, Madrid, Milán, New Jersey, New York, París, Pennsylvania, Rennes, Rio de Janeiro, Roma, Santiago de Chile, Turín, Washington, Zúrich y diversas ciudades de Japón. Los peruanos forman cofradías y hermandades religiosas del Cristo Morado. El dinamismo de las hermandades y la devoción religiosa ha creado una tradición en los inmigrantes peruanos luciendo el tradicional hábito morado o el escapulario del Cristo morado que los caracteriza en el mes de octubre de cada año.

El Cristo morado es una manifestación popular, un rito hispano donde las personas esperan del Cristo morado por la fe cosas absolutamente disimiles, como el saneamiento de una dolencia, conseguir un trabajo, la paz espiritual, el curar una enfermedad, la abundancia económica, y la posibilidad de atraeré al ser amado y unificar la familia en la travesía migratoria. La devoción religiosa esta matizada por la tradición popular de la familia, el barrio, las experiencias individuales y colectivas.

El Cristo morado y la procesión del Señor de los milagros han migrado con los peruanos como parte de la fe religiosa y popular.  Este fenómeno religioso de fe popular se desarrolla con cada inmigrante que profesa la fe en las ciudades de Estados Unidos como un fenómeno transmigracional en la era de la globalización y las migraciones internacionales es un elemento integrador de fe popular-religiosa y de identidad cultural. Cada inmigrante trae consigo la fe religiosa y esta tiene diversas manifestaciones porque no todos los inmigrantes son religiosos o creyentes, las creencias son muy diversas que se expresan como manifestaciones populares y consigo sus santos viajeros, los peruanos El Cristo Morado, los Dominicanos la Virgen del Alta Gracia, los Mexicanos la Virgen de Zapopan, los diversos grupos migrantes traen consigo su religiosidad popular que se ha construido a partir de las experiencias en sus países y que migran con ellos como parte de la identidad religiosa popular.

En la literatura reciente que analiza las migraciones peruanas a Estados Unidos se señala reiteradamente la centralidad que adquieren las prácticas religiosas asociadas a la veneración del Cristo Morado en las comunidades que han logrado construir vínculos transnacionales.

La nueva centralidad de las hermandades del Cristo Morado se debe a que permiten construir vínculos entre diversos espacios locales y a que aportan una solución de continuidad entre los distintos niveles locales –espacio íntimo, espacio multifocal, espacio transnacional. Las referencias a las practicas se han multiplicado en los estudios relativos a las migraciones internacionales y en la sociología de las religiones se sostiene con una frecuencia que los cambios religiosos en la migraciones internacionales en la era de la globalización no se puede ser comprendido sin tomar en consideración la intensificación de la movilidad de los flujos migratorios en la relación explicita migración y prácticas religiosas. La representación religiosa del Cristo Morado se engloba al conjunto de las construcciones imaginarias mediante el cual los individuos en estos grupos tratan de conferir un sentido a su experiencia cotidiana y representarse en su origen, su porvenir y son construidas y transformadas activamente por los miembros de las cofradías religiosas.

La relevancia del Cristo Morado es la reconstrucción de identidades que tiene lugar en la celebración de la fiesta del Cristo Morado también conocida como El Señor de Los Milagros y las celebraciones a su entorno, considerando que la devoción ha adquirido un lugar central debido a que permite construir una continuidad a diversas escalas local, regional y transnacional en las que transcurre la vida cotidiana de los creyentes.

La creatividad de los creyentes de todas las denominaciones y en todos los contextos geográficos para reconstruir de manera pautada su propio itinerario existencial, lo que mueve a reordenar sus experiencias en un nuevo sistema de representación simbólica religiosa del Cristo morado. No se trata de una situación que la iglesia Católica pueda irrogarse, es antes que nada manifestación popular, no solo institucional, es que la gente espera del Cristo Morado cosas absolutamente disimiles.

Cada inmigrante interpreta y practica la religión desde sus propios universos y simbologías, desde sus propios miedos, posibilidades y realidad. La riqueza social de esta tradición está en que cada cual es libre de acercarse al Cristo Morado como lo considere. El mes de Octubre se convierte en un mes lleno de simbología religiosa para sus creyentes en que las calles son tomadas, la música, el humo del incienso, los vendedores ambulantes de todo tipo con dulces tradicionales como el llamado turrón y escapularios. La imagen del Cristo morado se encuentra presente en los hogares una imagen- cuadro del recuerdo a venerar o la imagen del Cristo Morado en una estampa religiosa en la cartera personal como un símbolo de protección.

Las imágenes, escapularios e imágenes bendecidas permiten a los inmigrantes llevar consigo la representación de la identidad local. En las casas las imágenes religiosas y altares domésticos permiten conectar los hogares de origen y el lugar de destino. Es así como la procesión de Cristo Morado contribuye a vincular los espacios públicos. La hermandad del Señor de los Milagros de Nueva York que realizas actividades sociales y culturales, retiros espirituales y campanas de caridad, la hermandad de Señor de los Milagros de Atlanta Georgia, la hermandad del Señor de los Milagros de San Diego, la hermandad del Señor de los Milagros de Long Island, La hermanad del Señor de los Milagros de Washington DC, y la hermandad del Señor de los Milagros de New York fundada en 1971 y que cuenta con más de 300 miembros entre cargadores y sahumaduras de New York, New Jersey y Connecticut. Los inmigrantes participan en diversos niveles como cargadores, organizadores, salmueras, y otros como creyentes y reconstruyen su identidad religiosa desde sus propios universos.

El Cristo morado se ha convertido en un punto de encuentro con quienes comparten la misma fe, costumbres es un espacio social diásporo donde los inmigrantes incorporan y traslada las costumbres religiosas y populares, siendo muchas veces los templos religiosos espacios para recrear el recuerdo y el reencuentro lleno de rituales que alimentan la fe popular.

El Santo patrón el Cristo Morado como es conocido popularmente en mes de Octubre congrega y transmite la tradición. Los inmigrantes traen consigo la religiosidad popular del Cristo Morado esperando cosas absolutamente disimiles como parte de la fe popular.

 

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