El síndrome de “ojo seco” hace referencia a la deficiencia de la cantidad y/o calidad de la película lagrimal para mantener los ojos hidratados, provocando molestias en la zona ocular y, en algunos casos, problemas visuales.
Esta afección, que suele ser muy común, genera ardor, enrojecimiento, lagrimeo, sequedad ocular, sensibilidad a la luz, entre otros síntomas y se debe a diversas causas como el uso de pantallas durante un tiempo prolongado, factores hormonales (menopausia, hipotiroidismo, diabetes, otros), enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, entre otros), medicamentos (antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes, otros) y factores ambientales (clima seco, exposición a corrientes de aire y/o cambios de temperatura).
Asimismo, cabe resaltar que este síndrome es un peligro para la salud ocular y, si no se trata a tiempo y de forma adecuada, puede producir abrasiones en la córnea.