El sector de salud peruano no puede desaprovechar el impulso recibido en digitalización debido a la pandemia y debe apostar por afianzar estos avances promoviendo desde el Minsa la mejora en la conectividad de sus establecimientos y la interoperabilidad con otras entidades como EsSalud o los gobiernos regionales.
Según el Índice de Desarrollo del Gobierno Electrónico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el Perú ocupa el puesto 71 en nivel de digitalización de servicios y aunque esto representa una mejora en comparación al año anterior, sigue siendo uno de los últimos de toda Latinoamérica.
Uruguay lidera el ranking en el puesto 26, seguido de Argentina en el puesto 32 y Chile en el puesto 34.
Este estudio, muestra el desempeño de los países en la provisión de servicios en línea, la calidad y la cantidad de redes de telecomunicaciones y de recursos humanos disponibles para la digitalización gubernamental.
Respecto al sector salud, si bien todavía no se puede hablar de una transformación digital de la salud peruana, tampoco se puede negar una aceleración en esa dirección.
En 2019, mientras que el 65% de los hospitales en Chile estaba usando la telemedicina, menos del 30% de los hospitales en Argentina, Costa Rica, México, Perú y Colombia hacían lo mismo. Sin embargo, un año después, ante la aparición del COVID-19, el Minsa informó que en el 2020 brindó 14 millones de atenciones en telemedicina y a mediados de 2021 la cifra llegó a 20 millones, lo que reflejó la necesidad del servicio por parte de los usuarios, al encontrarnos en plena pandemia.
De acuerdo a Rifat Atun, miembro del Movimiento Salud 2030 “Si bien la telemedicina es parte de la digitalización de los servicios en salud, esta debe ser complementada por otras herramientas que ayuden a reducir los tiempos de atención y a recopilar datos con fines de investigación. Perú ha tenido un gran avance en digitalización, a raíz de la pandemia, pero en el rubro de salud aún hay mucho camino por recorrer”.
El experto, quien también es profesor de Sistemas Globales de la Universidad de Harvard, comentó que desde el Movimiento Salud 2030, plataforma internacional dedicada a impulsar la innovación en los sistemas de salud, recomiendan que se deben enfocar los esfuerzos en la Historia Clínica Electrónica y la Receta Electrónica.
Historia Clínica Electrónica (HCE) y la Receta Electrónica
“Para cualquier sistema de salud resulta fundamental recopilar, organizar y utilizar datos. Gracias a los registros electrónicos universales cada peruano sería dueño de su información y podría trasladarla de un centro de salud a otro sin importar su ubicación. Es necesaria una rectoría fuerte del Minsa que unifique y norme un formato universal de HCE”, señaló el especialista.
Actualmente esto no puede realizarse debido a la fragmentación de nuestro sistema, donde coexisten múltiples HCE a nivel nacional, regional o del seguro social que no se comunican entre ellas y que almacenan información en diferentes bases de datos.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) solo el 52.6% de los países de la OPS tiene un sistema nacional de historia clínica electrónica y solo el 26.3% tiene una legislación que respalda su uso. Perú tiene normativa sobre el tema desde el 2013 con el Registro Nacional de Historias Clínicas Electrónicas (Renhice), sin embargo, poco se ha avanzado.
Por otro lado, está la Receta Electrónica, herramienta aliada de la telemedicina, pues complementa su servicio. En julio de este año fue implementada por el Minsa para los usuarios de la plataforma Teleatiendo y posteriormente incluyó a los asegurados del SIS, lo que les permite recoger sus medicinas en los establecimientos de salud para su tratamiento.
Para el Movimiento Salud 2030, durante el 2022 el sector de salud peruano no puede desaprovechar el impulso recibido en digitalización debido al coronavirus y debe apostar por afianzar estos avances promoviendo desde el Minsa la mejora en la conectividad de sus establecimientos y la interoperabilidad con otras entidades como EsSalud o los gobiernos regionales.