Desde 2010 que Estados Unidos lleva batiendo récords con su avión espacial reutilizable X-37B. Estamos hablando de una aeronave no tripulada construida por la división Phantom Works de Boeing que es considerada por el país como un elemento clave para afianzar su “superioridad en el dominio espacial”.
Si bien la mayoría de los detalles del proyecto son secretos se sabe que su permanencia en el espacio es cada vez más elevada. OTV-6, la última misión dada a conocer, tuvo una duración de 908 días. Pero Washington no está solo en esta nueva carrera espacial. Pekín es un rival que empieza a acortar distancias sorprendentemente rápido.
La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China ha anunciado que el avión espacial experimental reutilizable (CSSHQ) ha aterrizado este lunes 8 de mayo después de permanecer 276 días en órbita. Se trata de la segunda misión exitosa que realiza este tipo de vehículo desde su puesta en marcha en 2020.
“El éxito total de esta prueba marca un avance importante en la investigación de mi país sobre tecnología de naves espaciales reutilizables, que proporcionará una forma más conveniente y económica de ir y venir del espacio con fines pacíficos en el futuro”, ha dicho el contratista de la Agencia Espacial de China en un comunicado.
Si bien, al igual que en el caso del avión estadounidense, las actividades del CSSHQ forman parte de un programa clasificado, algunos datos han sido dados a conocer por las autoridades gubernamentales. Otros han sido revelados por las oficinas de defensa de países que monitorizan las actividades espaciales para defender sus intereses.
De acuerdo a la información oficial, el CSSHQ se lanzó al espacio el 4 de agosto de 2022 desde el Centro de lanzamiento de satélites de Jiuquan situado en el noroeste de China. El avión espacial es incapaz de llegar hasta la órbita por sus propios medios, por lo que para se utilizó como vehículo de transporte un cohete Long March 2F.
Cuando llevaba aproximadamente 90 días en órbita, el 18º Escuadrón de Defensa Espacial de la Fuerza Espacial estadounidense señaló que el avión experimental chino podría haber liberado un objeto “de naturaleza desconocida”. Aunque China no brindó información, se estimó que se trataba de un pequeño satélite complementario.
El resto de los detalles de la misión, incluida la ubicación de la pista de aterrizaje, permanecen bajo secreto. El astrofísico Jonathan McDowell, que se dedica a rastrear misiones espaciales, ha indicado en base a imágenes satelitales en Twitter que esta segunda misión del CSSHQ ha aterrizado en la base militar de Lop Nur, en Xinjiang.
La rivalidad entre Estados Unidos y China en el campo espacial parece ir creciendo a medida que ambas potencias desarrollan proyectos de similares características. Por ejemplo, mientras que Washington se acerca a tener un vehículo espacial de gran capacidad como el Starship, Pekín también trabaja en su propia versión basada en la familia Long March.