Todo el mundo habla las mil maravillas sobre la Inteligencia Artificial y todo lo que se puede hacer con ella ya, y todo lo que se podrá hacer en el futuro, y es que aunque este sea todavía el principio de la “era de la IA” las posibilidades que ya hemos visto que ofrecen son muy esperanzadoras.
La IA está de moda, nadie puede negarlo, lo que ha hecho que todas las empresas del sector y cada uno de los nuevos productos o servicios que saca tengan que estar equipados con dicha tecnología para no parecer obsoletos. Esto ha llevado a que muchas empresas que habían visto el potencial de la IA y apostaron por ella antes de que este sector se alzase, se están haciendo de oro, como el caso de Nvidia.
Sin embargo, cada vez surgen más escépticos de esta tecnología, y no por motivos de seguridad o de miedo de que la IA se vuelva contra nosotros, que también los hay, pero hay muchos expertos del sector a los que no les convence del todo y no se han quedado asombrados por las capacidades que muestran las IA que tenemos a nuestro alcance hoy en día.
Steve Wozniak, cofundador de Apple, es uno de estos negacionistas de la IA y es que asegura que esta tecnología “no piensa”, ya que lo que hace es sacar información de un lugar y las coloca en otro, por lo que para “Woz” (como se le conoce en el sector) la IA no hace nada especial.
A su vez, señala que no tiene emociones, lo que hace que todo lo que ofrezca en términos creativos como podrían ser textos escritos o imágenes “son planos y aburridos”. Pero no está solo con su idea de que la IA no es inteligente, o al menos eso es lo que refleja una encuesta que realizó Retool, donde el 51,6% de los trabajadores del sector tecnológico encuestados afirmaron que es un tecnología sobrevalorada que ha tenido mucho marketing, y que en la práctica no tiene tantos usos, “en especial para las empresas”.
Dicho esto, la IA está evolucionando a pasos agigantados, y si bien no podemos comparar los sistemas que hay hoy en día con los de hace una década por las notables mejoras que han adoptado la IA de dentro de 20 años no tendrá nada que ver con la de ahora, lo que significará que esas pegas que los críticos tienen de ella, muy posiblemente se hayan solucionado.