Shámbar, potaje emblemático de la gasrtronomía trujillana que deleita paladares en todo el Perú y cada vez más en el mundo. Un poderoso motivo para visitar la “capital de la eterna primavera” es deleitarse con su deliciosa, variada y singular gastronomía típica. Un festival de sabores cuyos potajes abanderados son el resultado de la extraordinaria diversidad y calidad de sus insumos obtenidos de sus fértiles valles y del pródigo mar peruano, una inconmensurable herencia culinaria ancestral enriquecida con el mestizaje y la vasta generosidad de la cocina trujillana.
Este potaje icónico de la cocina trujillana es una contundente sopa preparada a base de trigo y menestras (frejol, garbanzo, lenteja u otras), carne y pellejo de chancho, jamón ahumado, insumos que son cocidos a fuego lento por varias horas.
Este sabroso plato, que se acostumbra preparar los días lunes, se sirve acompañado de maíz tostado o cancha, cebolla china picada, ají molido y jugo de limón al gusto.
Otro de las delicias emblemáticas de la cocina trujillana, que se prepara especialmente el Domingo de ramos, en Semana Santa, consiste en un guiso elaborado con trozos de pava y/o gallina, pan remojado, papa en rodajas, leche, queso que, en conjunto, le confieren el espesor deseado.
Este potaje se sirve acompañado de aceitunas negras y una generosa porción de arroz blanco.
Frejoles a la Trujillana
Este suculento plato tiene como protagonista a los frejoles negros, aderezados con aceite de ajonjolí, sal, cebolla roja y ají mirasol, que al amalgamarse con trozos de carne de res o de cerdo generan un guiso que hipnotiza los sentidos del olfato y del gusto.
Es otro de los guisos que conquista paladares y se prepara con carne de pava y maíz tierno molido, aderezados con aceite, cebolla roja picada, ají amarillo licuado y culantro, verdura que le otorga el color verdoso a este delicioso plato de fondo.
Como los otros guisos trujillanos, el pepián de pava se sirve acompañado de una generosa porción de arroz blanco.
A partir de un pescado fresco extraído del pródigo mar trujillano, se prepara entero o en trozos al vapor y se acompaña con una salsa a base de huevos batidos y cebolla roja.
Esta delicia trujillana se suele consumir como entrada y consta de trozos de pata de cerdo maceradas en vinagre, chicha de jora, aceite vegetal, ají escabeche y ají panca, luego de lo cual se cocinan a fuego lento por varias horas hasta que estén tiernas.
Este plato se sirve acompañado de yucas sancochadas, zarza de cebolla fresca y tomate, así como crema de huancaína.
El embajador de la cocina peruana se prepara en Trujillo siguiendo la tradición norteña. Al filete de pescado fresco y crudo cortado en trozos se le añade jugo de limón recién exprimido, cebolla roja cortada en pluma, rodajas de ají limo, sal y pimienta al gusto.
Este irresistible plato típico peruano se sirve acompañado de una porción de lechuga fresca, trozos de camote sancochado y zarandaja o frijol del norte cocido.
Este plato, que se sirve como el primer alimento del día, es elaborado con la pesca del día (caballa, suco, jurel, cachema y muchas otras especies), el cual se fríe en abundante aceite hasta quedar muy crocante.
Se sirve acompañado de yucas sancochadas o fritas y zarza de cebolla roja mezclada con ají mochero (emblemático de Trujillo) y una caliente taza de café o de hierbaluisa.
La chicha de jora, bebida fermentada a base de maíz y jora, que se prepara en el distrito de Magdalena de Cao es considerada la mejor del Perú y ha sido reconocida por el Ministerio de Cultura como producto nacional.
Creada por la civilización Mochica, esta suculenta bebida tradicional es conocida también como la “Chicha del año”, por el período de maceración al que es sometida para adquirir su irresistible sabor.
Estos son los embajadores de la gastronomía trujillana que deleitan paladares en todo el Perú y cada vez más en el mundo.