• Situación incierta en el manejo de las relaciones internacionales dentro de América Latina y su proyección externa: existe una relativa pérdida de atención global sobre los asuntos lationamericanos y somos meros receptores de las tendencias globales. Resaltan las individualidades: AMLO y Petro (priorizan su relación con EE.UU), Lula (mirando a China), mientras Boric desarrolla su agenda ética. Todo esto retrasa la articulación de esfuerzos colectivos. A su vez, la falta de institucionalidad y mecanismos de concertación y dialogos, juegan en contra de los esfuerzos individuales.
• Mantenimiento del aislamiento diplomático del gobierno del Perú, llegan críticas de EE.UU y UE, se mantienen los problemas con México y Colombia respecto a situación judicial del ex presidente Pedro Castillo, así como sigue pendiente la entrega de la Secretaría Pro tempore de la Alianza del Pacífico. De otro lado nuestro vecino Ecuador vive una situación de creciente crisis política, con un anunciado choque de poderes en una situación de mucha violencia en dicho país.
• Las transiciones del progresismo atraviesan problemas domésticos tanto en Bolivia como en Argentina, mientras que el régimen en Venezuela, cumple una década sin Hugo Chávez, y con una apertura al dialogo con la oposición.
• El abordaje del tratamiento de la Amazonía confronta iniciativas con distintas perspectivas, tanto desde organismos internacionales (BID) como desde los gobiernos de Lula y Petro. Persiste la tensión entre conservación y extractivismo, un viejo rezago irresuelto por los progresismos latinoamericanos.
• Se mantiene el aislamiento de Nicaragua, Venezuela y Cuba, promovido por EE.UU. Nos preguntamos ¿es lo mejor? Sería importante realizar un análisis de las opciones para reintegrar a miembros natos de la comunidad latinoamericana;
• Aumenta el deterioro de la calidad de la Democracia, el retroceso de la vigencia de los Derechos Humanos, la seguridad humana, mientras que la corrupción sigue avanzando. Esta combinación de factores es una constante en todos los países del hemisferio.
• El espacio vacío que EE. UU se empeña en dejar en América Latina, por su preocupación por otras regiones del globo, permite y facilita el crecimiento de la presencia política y económica de China en diversos países de la región.