El Real Madrid se impuso este martes al Partizán en el Stark Arena de Belgrado (80-82) en un ajustadísimo partido que permitió a los blancos seguir con vida en el playoff de cuartos de final. Los locales prepararon un verdadero ‘infierno’ en su chancha, más caliente que nunca tras la batalla campal vivida en el WiZink Arena, pero los de Chus Mateo no perdieron la fe, remontaron y se quedarán en la capital serbia hasta el jueves.
La olla a presión del Stark Arena cumplió su función en el primer cuarto de partido. Los blancos, asfixiados por los cánticos de la grada enemiga, comenzaron con un marcador adverso de 12-0. Los serbios arrancaron muy enchufados y aprovecharon cada pérdida de los madridistas para machacar el aro.
La reacción del Madrid tardó en llegar, pero finalmente lo hizo de la mano de Williams Goss, segundo mejor del partido tras el MVP Tavares y autor de la ‘canasta decisiva’. El americano instigó a los suyos a dar un paso adelante, y contó con la compañía de Tavares y ‘El Chacho’, pero el esfuerzo fue en vano en un primer cuarto cerrado por los locales por 32-19.
El segundo cuarto supuso el punto de inflexión de un partido que se apretaría hasta el extremo después de la primera mitad. Chus Mateo corrigió el coladero defensivo, insistió en la importancia del protagonismo de Tavares y marcó el recorrido de una remontada que empezaría en ese mismo parcial. La igualada se rozó al descanso (48-45).
Pese a la mejoría, todavía quedaron algunos detalles por pulir a los blancos, y el descanso sentó a las mil maravillas a un equipo desquiciado por la dupla Smailagic (15 puntos)-Leday (15 puntos). Fueron los líderes de los serbios, eso sí, escoltados por Nunnally (13 puntos), Madar (12 puntos) y Exum (11 puntos), que no dio muestras de problemas físicos derivados de la pelea con Yabusele.
Así, tras el medio tiempo, el Real Madrid tiró de defensa férrea y aprovechó las muñecas engrasadas de Tavares, Williams-Goss y Hezonja para culminar la remontada. Bajaron los decibelios en el Stark Arena al ver a su equipo desarbolado en ataque y asediado por el africano (MPV del partido).
El último cuarto empezó con una mínima ventaja de los visitantes 63-66, y con la certeza de que ninguno de los contendientes iba a perdonar ni la más mínima. El Madrid manejó ventajas muy cortas hasta el 72-75, se estancó hasta ponerse por debajo 77-75, e igualó el marcador a 77 para servir el drama en bandeja de plata en los últimos minutos.
La canasta decisiva llegó a falta de 24 minutos. Un triple de William Goss en suspensión dejó el marcador 77-80 y el balón para los locales. Nunnally falló su intento de tres y el árbitro señaló falta sobre Hezonja, con los nervios de acero para convertir sus dos lanzamientos desde la línea de tiro libre. La ventaja fue suficiente para forzar el cuarto duelo, pero Partizán avisó de lo que espera a los blancos el jueves con un triple final a tablero que cerró el marcador en un ajustado 80-82.