Para Javier Milei, candidato a las presidenciales de Argentina, la compra-venta de órganos humanos puede ser una “solución” a la demora de trasplantes en el país.
Es un máximo referente de la ultra derecha en la Argentina, y su propuesta no es nueva, Javier Milei apela a una matemática que, para las propias autoridades sanitarias, es completamente inusual. Desde 2021 integra la coalición “La Libertad Avanza”, un grupo político de extrema derecha con raíces ultraconservadoras.
“¿Cuántas personas mueren en la Argentina por año? más de 350 mil que, por la Ley Faustina, son todos donantes. Hay 7.500 personas que están sufriendo y esperando trasplantes. Entonces hay algo que no está funcionando bien”, ha dicho en medio de una entrevista a la televisora nacional Todo Noticias.
Con esa lógica (ilógica, para academicos, autoridades y detractores), Milei busca llegar a La Casa Rosada en las votaciones generales de octubre de este año. Culpa al Estado, porque a su juicio “hay más donantes que receptores”.
En la charla periodística, el economista fue cuestionado por la matemática que, a juicio de expertos, deshumaniza un problema social y contradice una práctica solidaria que rige en casi todo el planeta, y es que aunque una persona acepte donar sus órganos cuando muera, o hasta destinar su cuerpo a la ciencia, no implica que efectivamente puedan ser utilizados, pues se requieren condiciones médicas específicas.
El director de Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), Carlos Soratti, rechazó rotundamente la iniciativa del economista liberal; “Esa locura del mercado de órganos es una fantasía que no es viable. Es absolutamente un pensamiento muy marginal y muy combativo por consensos internacionales”, ha dicho el especialista a la prensa.
Y es que a juicio de la cabeza del organismo que regula y monitorea la donación y trasplantes de órganos en Argentina, “Pensar o hablar de estas cosas es el peor daño que se le puede hacer a un sistema, porque hay un celo muy grande en evitar esto. Sino las sociedades tendrían una actitud muy distinta (…) Cuando se habla de las libertades que propone este señor, en realidad está hablando de la libertad del rico que tiene la posibilidad de comprar un montón de cosas. No está pensando en el donante, en la sociedad, en la lista de espera ni en el cuidado de la salud (…) es un atropello”, dice.
No es la única polémica que ha desatado el político, pues también promete, de llegar a la presidencia, cerrar el Banco Central, liberar la venta de armas y dolarizar la economía, también es férreo defensor de la posibilidad de eliminación de obligatoriedad de la educación pública