El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se reunió por llamada con su homólogo estadounidense Joe Biden para discutir temas de migración y cooperación para el desarrollo, tráfico de drogas y de armas—tal como lo anunció—, mientras insistía en su crítica a los discursos electoreros con los que se ataca desde Estados Unidos a los migrantes y se amenaza con invadir a México.
Este 11 de mayo, finaliza el Título 42, la medida sanitaria que permite la deportación inmediata de personas que ingresen a Estados Unidos por la frontera con México, por lo que los ojos están puestos sobre el trabajo bilateral que anuncian, frente a la posibilidad de un aumento en los flujos migratorios y ante el despliegue militar que ya comenzó.
Pese a la dinamización de los flujos migratorios desde centro y sur América, el 40 % de la migración hacia Estados Unidos continúa siendo desde México, donde preocupan además las medidas y políticas de seguridad que se toman en las fronteras, a partir de la insistencia de Estados Unidos frente al combate al tráfico de drogas.
El Gobierno de México niega la vinculación que hacen del tráfico de drogas con las personas migrantes desde políticos y medios estadounidenses, una novedad que va de la mano con la insistencia en el combate al tráfico de armas desde los Estados Unidos para un verdadero trabajo conjunto en el combate al narcotráfico.