Eran casos claros de flagrancia delictiva que, en casi cualquier otra circunstancia hubieran provocado una inmediata intervención policial, pero que en la de ‘La Pestilencia’ no inmutó la inacción del escaso contingente PNP.
Se lanzó basura, desmonte, vidrios, ramas y bengalas al local que comparten IDL-R y el Instituto de Defensa Legal (IDL). Se reventó bombardas en la calle. Se rompió todos los límites de decibeles con infectos insultos. Se anunció a Gustavo Gorriti que ya estaba muerto, entre otras profecías de similar jaez. Y se hizo todo, de principio a fin, en total impunidad. Los delincuentes realizaron su aquelarre con seguridad policial.

En las siguientes fotos y vídeos (reducidos al máximo para no ofender sensibilidades), se puede ver lo que describen los párrafos precedentes: Criminales en acción, tolerancia policial, patente incumplimiento del deber.
Fuente: IDL Reporteros