Tener uñas encarnadas es una afección frecuente en la que una esquina de la uña o el costado de esta en un dedo del pie crece de manera que se introduce en la piel. Esto provoca dolor, piel inflamada, hinchazón y, algunas veces, una infección. Las uñas encarnadas suelen afectar el dedo gordo del pie.
Generalmente, puedes cuidar las uñas encarnadas por tu cuenta. Si tienes un dolor intenso o que se difunde, el proveedor de atención médica puede tomar medidas para aliviar tu malestar y ayudarte a evitar complicaciones debido a uñas encarnadas. Si tienes diabetes o alguna otra afección que disminuye la circulación de la sangre hacia los pies, tienes un mayor riesgo de tener complicaciones debido a uñas encarnadas. Los síntomas de una uña encarnada son los siguientes:
Dolor y sensibilidad
Piel inflamada
Hinchazón
Infección
Consulta a un proveedor de atención médica en los siguientes casos:
Tienes mucha molestia en el dedo gordo del pie, pus o piel inflamada que parece que se difunde
Tienes diabetes u otra afección que causa una mala circulación de la sangre hacia los pies, y tienes irritación o infección en un pie. Las causas de las uñas encarnadas incluyen las siguientes:
Usar zapatos que hacen que las uñas de los pies estén demasiado juntas. Cortarse las uñas demasiado cortas o de manera que no sea recta. Lastimarse una uña del pie
Tener las uñas muy curvas
Tener infecciones en las uñas
Padecer ciertas afecciones médicas
Los factores que incrementan tu riesgo de tener una uña encarnada incluyen los siguientes:
Ser adolescente, cuando los pies tienden a transpirar más, lo que ablanda las uñas y la piel
Tener hábitos relacionados con el cuidado de las uñas que favorezcan el crecimiento de estas en la piel, como cortarlas demasiado o redondear los bordes. No ser totalmente capaz de cuidarse las uñas. Usar calzado que apriete los dedos del pie. Participar en actividades, como correr y patear una pelota, que pueden lastimarte los dedos del pie. Tener una afección, como la diabetes, que provoca flujo sanguíneo deficiente. Las complicaciones pueden ser especialmente graves si tienes diabetes, lo cual puede causar un flujo sanguíneo deficiente y dañar los nervios de los pies. Por eso, es posible que una lesión menor en los pies (un corte, una raspadura, un callo, una callosidad o una uña encarnada) no cicatrice adecuadamente y se infecte.
Para ayudar a prevenir una uña encarnada en el pie, haz lo siguiente:
Córtate las uñas de los pies de forma recta. No las cortes de manera curva para que coincidan con la forma de la punta del dedo del pie. Si te haces una pedicura, pídele al profesional que te corte las uñas en línea recta. Si tienes una afección que provoca una mala circulación sanguínea en los pies y no puedes cortarte las uñas, visita a un podólogo con frecuencia para que te corte las uñas.
Mantén las uñas de los pies con un largo moderado. Córtate las uñas de los pies de manera que queden a la misma altura que la punta de los dedos. Si te cortas demasiado las uñas de los pies, la presión de los zapatos en los dedos del pie puede hacer que la uña crezca dentro del tejido.
Usa calzados que calcen adecuadamente. Los calzados que aprietan o hacen demasiada presión en los dedos del pie pueden hacer que la uña crezca dentro del tejido circundante. Si tienes una lesión en los nervios de los pies, es posible que no puedas sentir si los zapatos están muy apretados.
Usa calzado de protección. Si tus actividades te ponen en riesgo de lastimarte los pies, utiliza calzado de protección, como zapatos con punta de acero.
Revísate los pies. Si tienes diabetes, revísate los pies diariamente para detectar signos de uñas encarnadas u otros problemas en los pies.