Ante los casos de acoso u hostigamiento en redes sociales, algunos periodistas y comunicadores, en búsqueda de tranquilidad, prefieren evitar el conflicto. Pero esto se termina convirtiendo en autocensura y en algo que afecta a la libertad de expresión, advirtió, en La Mula TV, Álvaro Beltrán, coautor del informe especial “Violencia digital contra periodistas y medios de comunicación”.

En el programa ‘Al Filo’, el coordinador de eMonitor+ recordó que anteriormente la academia hablaba sobre la cámara de eco en la conversación digital; sin embargo, ahora lo que podemos ver son “cámaras de conflicto” influidas por el algoritmo.

“Las redes sociales operan alrededor de cuánta data generas para ellas, esa data se genera por la permanencia que tienes en redes sociales. Y se ha identificado que más que una constante, permanencia o reafirmación de ideas, lo que hace que te quedes como muy comprometido con la red es más bien el conflicto porque genera emociones fuertes, que generan diferentes procesos químicos en tu cerebro, que hace que regreses, quieres saber qué te respondió la persona con la que estabas peleando en los comentarios, qué te dijo esa persona a la que no querías volver a ver nunca”, señaló.

En entrevista con Javier Torres, Beltrán señaló que esta “es la verdadera razón por la que la violencia digital es una amenaza para la libertad de prensa”.

“Y es que esta violencia tiene consecuencias más allá de las pantallas, tiene consecuencias psicológicas e incluso fisiológicas. Muchos estudios prueban niveles de ansiedad, presión, ideación suicida, en las personas que son constantemente víctimas de este tipo de violencias, pero eso también se traduce en niveles de presión arterial alta, estrés, más allá del trabajo”, mencionó.
“Y lo que hace la gente para poder lidiar con esto es autocensurarse. ¿Por qué hacer esto? Mejor sencillamente no participo, pero un periodista no puede hacer eso. Esa respuesta de parte de un periodista, significa la renuncia a su práctica. Es una labor súmamente importante, pero que lamentablemente es sumamente vulnerable a los riesgos de tener una presencia muy pública en redes sociales”, señaló.

Por su parte, Mauro Calvo, asesor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para temas electorales, recordó que “las redes sociales no son ni buenas ni malas”. En esencia, dijo, son buenas y son un progreso.

“Las redes sociales han permtido que a través de ellas se democratice también la discusión política, que no se lleve la discusión que tiene cierto alcance al nivel de determinadas élites o a personas que tienen un acceso más o menos regular a medios de comunicación, sino que en general toda la ciudadanía tiene la posibilidad de participar en discusiones, de generar debate, de enriquecernos. En esencia, la idea es buena”, precisó.
“En redes sociales hay discusiones muy enriquecededoras, muy respetuosas y muy válidas, lo que pasa es que aquello que hace más ruido hace es lo que más llama la atención, por otro lado están las burbujas en las que nos movemos dentro de las redes sociales. El dichoso algoritmo nos ubica, nos posiciona y nos remite a aquellas cosas que nos son afines por el tráfico que generamos nosotros mismos; entonces, eso amplifica de alguna manera determinados discursos que en otro lugar y en otro ámbito probablemente serían muy residuales y no tendrían la llegada que tienen desde las redes sociales”, agregó.

Sin embargo, reconoció el asesor del PNUD, lo que ha pasado es que el anonimato es usado por algunas personas que sienten que cabe de todo en su interacción en redes sociales.

“Ahí es donde entramos en un terreno más peligroso, pero yo diría que lo que tenemos que hacer es ver y tratar de medir. Ese es el esfuerzo que estamos haciendo, tratar de medir qué parte de esa interacción y qué parte de ese nuevo ágora que son las redes sociales, se han convertido en algo tóxico, en algo potencialmente poderoso y que genera discursos que son nocivos para la salud democrática de un país”, señaló.

Para Calvo, es complicado la regulación de estas actividades, ya que son fenómenos completamente transnacionales en los que es muy difícil tener una definición de qué es lo que se puede o no se puede hacer. Ante ello, señaló, nos tenemos que remitir a lo que son los derechos y las libertades fundamentales.

“Está la libertad de expresión, la libertad de información, pero hay otra serie de derechos que cuando llegan muy lejos en el uso de esas otras libertades, puede estar vulnerándolos”, mencionó.

El informe especial “Violencia digital contra periodistas y medios de comunicación” fue elaborado por el equipo de investigación de eMonitor+, que utilizó inteligencia artificial para procesar mayores cantidades de datos. Para dicho informe, se utilizaron los conceptos planteados en la Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la Lucha contra los Discursos de Odio (2019).

La entrevista completa en La Mula TV: