Los Estados de la Unión Europea acordaron el lunes prohibir la destrucción de los productos textiles que no se vendan, en el marco de la campaña ecológica de la UE para reducir los residuos mediante una mayor reutilización y reciclado.
El consumo de productos textiles en Europa es el cuarto que más repercute en el medio ambiente y el cambio climático, después de la alimentación, la vivienda y la movilidad. Cada año se desechan en la UE unos 5,8 millones de toneladas de productos textiles, aproximadamente 11 kg por persona, gran parte de los cuales se depositan en vertederos o se incineran.
Los Estados y el Parlamento Europeo tienen que ponerse de acuerdo sobre el Reglamento de diseño ecológico antes de que pueda entrar en vigor. Según la propuesta inicial de la Comisión Europea de marzo de 2022, la propia Comisión debía determinar en una fase posterior si establecería prohibiciones de destrucción.
Sin embargo, los Estados de la UE han acordado que la prohibición de destrucción de ropa no vendida se aplique inmediatamente, en lugar de esperar a que el brazo ejecutivo comunitario lleve a cabo una evaluación que podría haber durado tres años.
Las empresas medianas, con menos de 250 trabajadores, tendrían un periodo transitorio de cuatro años, mientras que las más pequeñas, con menos de 50, quedarían exentas.
Es probable que España, que ocupará la presidencia semestral de la UE a partir de julio, mantenga negociaciones sobre la ley con representantes del Parlamento Europeo. La asamblea aún tiene que fijar su posición, pero parece que podría inclinarse por la prohibición de destruir textiles y aparatos electrónicos no vendidos.
La nueva ley también crearía un nuevo “pasaporte digital de producto” que mostraría la sostenibilidad medioambiental de un producto para ayudar a los consumidores a elegir con más conocimiento de causa.
La Comisión Europea ha declarado que la destrucción de productos de consumo no vendidos, como textiles y calzado, se está convirtiendo en un problema generalizado en toda la UE, sobre todo debido al aumento de las ventas online.
Francia ya cuenta con una ley contra los residuos que prohíbe la destrucción de productos no alimentarios no vendidos.