Según el arquélogo que dirigió el equipo, Milosz Giersz de la Universidad de Varsovia, en la prominente tumba estaban miembros de la élite, pues fueron enterrados con orejeras de oro y plata.
El descubrimiento de la majestuosa tumba de la cultura Wari, de unos 1300 años de antigüedad, que pertenece a un artesano, bautizado como el ‘Señor de Huarmey’ ha sido catalogado como uno de los principales hallazgos arqueológicos del 2022, de acuerdo a la prestigiosa publicación National Geographic.
A través del artículo “Tres principales descubrimientos arqueológicos de 2022 en Latinoamérica”, National Geographic señala que la sepultura precolombina integra, a su vez, una selecta lista elaborada por la revista Archeology, especializada en investigación arqueológica internacional.
“El tercer descubrimiento arqueológico de 2022 en Latinoamérica destacado por la revista Archeology es una tumba descubierta en la costa norte de Perú que contiene los restos de un hombre que ocupó una posición poderosa en el imperio Wari (650-1,000 d. C.) y de otras personas que parecen ser artesanas”, resalta Nat Geo.
Así, el sitio arqueológico del Castillo de Huarmey, ubicado en la costera región peruana de Áncash, vuelve a causar impacto internacional.
El arqueólogo que dirigió el equipo de excavaciones desde el 2021, Milosz Giersz de la Universidad de Varsovia, señaló que en este lugar encontraron a un hombre envuelto en un bulto de momia. Además, a otros seis individuos en cámaras cercanas, probablemente otro hombre, dos mujeres y tres adolescentes.
De acuerdo a Arqueology, todas las personas de esta tumba parecen haber sido artesanos altamente calificados.
El descubrimiento fue realizado en febrero del 2022 y hace 11 años el mismo complejo fue noticia por el hallazgo de un mausoleo intacto con 58 mujeres de alta nobleza Wari.
“No encontramos un hombre guerrero como pinta la iconografía, pero un hombre de élite que era artesano, un artista artesano y masculino y eso es la primera vez que se ve”, dijo Giersz el año pasado a los medios. También detalló que este hombre, de unos 40 años, podría haber cambiado su estatus social por ser un “profesional de gran nivel” o bien pertenecer a un linaje noble dedicado a esa labor.
Este descubrimiento fue realizado por los arqueólogos polacos Milosz Giersz y Patrycja Przadka-Giersz, junto al soporte de la Universidad de Varsovia y de la Compañía Minera Antamina. “A esta galería le podríamos llamar la “Galería de los Artesanos de Élite”, destacaron los especialistas.
¿Dónde fue encontrada esta tumba?
La tumba Wari señalada fue descubierta en el Castillo, Huarmey, Áncash, situado a un par de kilómetros del mar. Se trata de una especie de pirámide escalonada de adobe (barro y paja), elevada sobre un promontorio rocoso. Se estima que era uno de los principales centros administrativos.
Para Giersz, este último descubrimiento mostró que el Castillo de Huarmey fue “uno de los puntos más importantes en el mapa” de la cultura Wari.
“La importancia de este sitio es justamente la producción de objetos de lujo de esa época”, dijo. Además, señaló que “es el único en su género y el único conocido construido en la época Wari para ejercer el poder y venerar este linaje noble que dominaba el valle”.
Otros descubrimientos
Junto al hallazgo Wari, National Geographic resalta como gran descubrimiento arqueológico en Latinoamérica el protagonizado en México por un equipo de arqueólogos dirigido por Leonardo López Luján al pie del Templo Mayor en Tenochtitlan, la ciudad capital de los aztecas o mexicas, que encontró y desenterró una colección excelentemente conservada de 2.550 artefactos de madera.
Se trata de objetos finamente tallados que incluyen cetros, orejeras, anillos, máscaras y armas en miniatura. Estos fueron enterrados entre 1486 y 1502 como ofrendas rituales, de acuerdo a Arqueology.
Y finalmente el de una imagen de 2.54 centímetros de ancho de la cabeza de un venado descubierta en la base de una pirámide en San Bartolo, Guatemala, considerada la notación más antigua conocida del calendario ritual maya de 260 días.
El glifo es conocido como “7 ciervos” y representa una fecha. Los estudios consideran que fue pintado entre los años 200 y 300 a. C. como parte de un mural que decoraba una de las paredes interiores de la pirámide Las Pinturas.