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Economía

Republicanos y demócratas acercan posiciones para elevar el techo de deuda

El acuerdo extendería el límite de endeudamiento por dos años a cambio de limitar el gasto no militar

Patrick McHenry, congresista republicano, uno de los negociadores para elevar el techo de deuda, este jueves en el Capitolio.ALEX WONG (AFP)
MIGUEL JIMÉNEZ

No hay aún acuerdo, pero los negociadores han acercado posiciones. Demócratas y republicanos negocian contra reloj un acuerdo para extender el techo de deuda antes de que llegue la fecha en que el Tesoro no pueda hacer frente a sus obligaciones de pago. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo llegará esa fecha X, pero la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha advertido de que es muy probable que sea a principios de junio y que hay riesgo de que sea incluso el primer día del mes.

El acuerdo va tomando forma. Se trataría de extender por dos años el techo de deuda a cambio de imponer límites de gasto por ese mismo plazo. Eso cubriría lo que queda de la presidencia de Joe Biden. Los límites de gasto no afectarían al gasto militar ni a los pagos a veteranos y se concentrarían en otros programas, pero no serían tan agresivos como los incluidos en la primera propuesta republicana, aprobada como propuesta de ley en la Cámara de Representantes. Sin embargo, las cifras no están decididas y las negociaciones pueden descarrilar.

El acuerdo también incluiría una medida para mejorar la red eléctrica de la nación para dar cabida a las energías renovables, un objetivo climático clave, al tiempo que acelera los permisos para oleoductos y otros proyectos de combustibles fósiles que el Partido Republicano favorece, según fuentes familiarizadas con el posible pacto citadas por la agencia Bloomberg.

El pacto recortaría 10.000 millones de dólares de un aumento presupuestario de 80.000 millones para la agencia tributaria que Biden logró incluir en su Ley de Reducción de la Inflación. Los republicanos han advertido, con frecuencia con argumentos falsos, de una oleada de inspecciones, mientras que los demócratas han dicho que el aumento del gasto permitiría cubrir vacantes y dar un mejor servicio y que se amortizaría con la lucha contra el fraude fiscal de empresas y rentas más altas, pero que no afectaría a las medias y bajas.

Las presiones sobre los negociadores son grandes por los dos lados, lo que puede arruinar las posibilidades de un pacto final. Los republicanos más extremistas parecen preferir que Estados Unidos caiga en impago antes que dejar pasar la oportunidad de exigir recortes masivos de gastos. Este jueves 35 congresistas republicanos liderados por Scott Perry y Chip Roy han enviado una carta al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en ese sentido. Es el mismo grupo que se resistía a elegir a McCarthy en enero y que al final cedió exigiendo, entre otras cosas, dureza en la negociación del techo de deuda.

McCarthy no va a tener fácil convencerles de que acepten un acuerdo que también tenga el visto bueno de la Casa Blanca. Por su parte, Biden también debe tener cuidado en no provocar deserciones en sus filas. Mientras la negociación avanza, las dos partes mantienen viva la retórica política y responsabilizan a la otra parte de un posible fracaso.

Este jueves, Biden ha aprovechado un acto que no tenía nada que ver, la presentación de su propuesta para nombrar jefe del Estado mayor al general Charles Brown, para exponer su posición sobre las negociaciones. “El speaker McCarthy y yo hemos mantenido varias conversaciones productivas, y nuestros equipos siguen reuniéndose mientras hablamos, de hecho, y están haciendo progresos. Lo he dejado claro una y otra vez: El impago de nuestra deuda nacional no es una opción. El pueblo estadounidense merece saber que seguirá recibiendo sus pagos de la Seguridad Social, que los hospitales de veteranos seguirán abiertos y que seguiremos progresando económicamente. El impago pone todo eso en peligro. Los líderes del Congreso lo entienden, y están todos de acuerdo: no habrá impago. Y es hora de que el Congreso actúe ya”, ha dicho.

Biden insiste en que las negociaciones son sobre el presupuesto, no sobre el impago y sostiene que los dos partidos tienen visiones contrapuestas sobre Estados Unidos. Según el presidente, los republicanos quieren hacer recaer esa carga sobre las espaldas de los estadounidenses de clase media y trabajadora, con recortes en profesores, policías, agentes de la patrulla fronteriza y mayores tiempos de espera para las solicitudes de la Seguridad Social. Biden quiere hacer pagar a las empresas (especialmente a las petroleras y farmacéuticas) y a las rentas altas.

Los congresistas han levantado las sesiones ante el fin de semana festivo (el lunes es Memorial Day, el día de Conmemoración de los Caídos) sin haber llegado a un acuerdo, pero los negociadores, entre ellos McCarthy y Patrick McHenry, republicano de Carolina del Norte, seguirán trabajando durante el fin de semana. “Sabemos dónde están nuestras diferencias. Todavía no tenemos un acuerdo. Sabíamos que no sería fácil. Es difícil, pero estamos trabajando. Y vamos a seguir trabajando hasta que lo consigamos”, ha dicho McCarthy a los periodistas en el Capitolio.

Los mercados estarán cerrados durante tres días y la esperanza es que sean suficientes para cerrar un acuerdo. Los mercados han estado sufriendo por la incertidumbre. Las Bolsas han acumulado varios días de caída y el mercado de deuda ha sufrido algunas distorsiones. En particular, los inversores están exigiendo una prima de riesgo por las letras que vencen a principios de junio, en los días con más riesgo de impago. La rentabilidad anualizada de dichas letras se ha situado en algunos momentos por encima del 7%, pero en realidad faltan solo unos días para su vencimiento, con lo que la prima es mínima. Las letras a un año están en el 5,2%, en línea con los tipos de interés oficiales a corto plazo.

Fitch ha situado la calificación crediticia AAA de Estados Unidos en vigilancia negativa y algo parecido ha hecho DBRS Morningstar. Curiosamente, la experiencia de 2011 dice que incluso en un escenario de riesgo de impago de los títulos del Tesoro, los inversores buscan refugio (paradójicamente) en los títulos del Tesoro, lo que suele hacer que aumenten de precio y bajen sus tipos de interés. La Bolsa suele ser la más castigada.

 

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