El exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, que asesoró la campaña de Donald Trump a la Casa Blanca en 2016 y se convirtió en un crítico del expresidente en los últimos meses, presentará su candidatura a la nominación republicana para 2024 la próxima semana, según una persona familiarizada con el asunto.
Christie, de 60 años, entra en la carrera con escasas perspectivas de triunfo, seis años después de que su campaña presidencial de 2016 no lograra destacar en una competencia atestada que incluyó a Trump. Solo el 1% de los republicanos dijo que él sería su candidato preferido en una encuesta de Reuters/Ipsos realizada del 9 al 15 de mayo.
Para poner fin a semanas de especulaciones sobre sus intenciones, Christie lanzará oficialmente su campaña en un acto en el Saint Anselm College de Nuevo Hampshire el martes, dijo la fuente, confirmando un informe anterior de Axios.
Christie instó a su partido a dejar atrás las afirmaciones infundadas de Trump de que las elecciones de 2020 fueron amañadas. Esa postura podría, en teoría, granjearle cierto apoyo de los republicanos moderados deseosos de pasar página, aunque alienará a la todavía poderosa base de votantes de Trump.
En marzo, Christie dijo a Axios que no votaría a Trump en 2024 aunque el expresidente fuera el candidato republicano.
En apariciones públicas, Christie, exfiscal federal, ha argumentado que solo él tiene la habilidad y la voluntad de enfrentarse directamente con Trump, en contraste con otros posibles rivales como el exvicepresidente Mike Pence y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que en su mayoría han eludido la confrontación.
“Como todos sabemos aquí en Nueva Jersey, el gobernador es un líder probado que dice sin miedo las cosas como son. Nunca ha dudado en enfrentarse a los problemas más desafiantes”, escribió Bill Palatucci, un veterano asesor de Christie, en un mensaje a los miembros del comité estatal republicano el martes.
Christie, gobernador durante dos mandatos de un estado de tendencia demócrata, fue considerado en su día como una estrella republicana en ascenso con un atractivo poco común para todos los partidos.
No obstante, su segundo mandato se vio empañado por el escándalo del “Bridgegate”, en el que dos de sus ayudantes fueron acusados de cerrar deliberadamente los carriles del muy transitado puente George Washington hacia Nueva York para castigar a un alcalde local que se negó a respaldar su campaña de reelección.