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Salud

La masturbación se puede convertir en un problema

En la mayoría de las personas, la masturbación es una actividad sana y totalmente recomendable. Sin embargo, en algunos casos, esta puede convertirse en una obsesión.

La sexualidad es un mundo amplio, lleno de prácticas, autoconocimiento y riqueza. La masturbación es una actividad que forma parte de dicho mundo y que otorga múltiples beneficios. Han sido muchos los mitos que se han dicho sobre ella, sin embargo, la realidad está lejos de estas falsas afirmaciones.

La masturbación NO es un acto egoísta, inmoral o exclusivo de personas solteras. Cualquier persona, ya entrada en la madurez sexual, puede masturbarse. Tanto si se tiene pareja como si no e independientemente de la condición sexual.

Sin embargo, la masturbación se puede convertir en un problema como ocurre con el alcohol. Una o dos copas de vino al día pueden ser beneficiosas, pero si una persona consume una botella diaria es posible que acabe teniendo problemas en sus relaciones interpersonales y comprometa su salud a largo plazo.

«La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto»
-Aristóteles-

Frecuencia de la masturbación y tabú

A día de hoy, hablar de este tema sigue siendo tabú en ciertos entornos. Los problemas de masturbación compulsiva suelen llevarse en silencio y quien los sufre puede sentirse avergonzado y solo por no poder compartir la experiencia con otras personas.

Muchas veces, con el fin de aliviar al malestar, se recurre a remedios caseros, consejos de amistades o prácticas que no surten efecto o incluso pueden llegar a ser perjudiciales. Intentar frenarlo y darse cuenta de que no disminuye puede generar más ansiedad agravando el problema.

Aunque es un hábito sano y aconsejable, en algunas personas y ante dificultades de la vida, la masturbación se puede convertir en un problema ante el cual se debe solicitar ayuda. Si los pensamientos sobre la masturbación te invaden constantemente, la frecuencia te ocasiona problemas físicos o tu vida se ve afectada y deteriorada, es el momento de romper el silencio y acudir a un profesional cualificado en busca de ayuda.

«La obsesión no busca los problemas y los corrige: los fabrica de la nada, los alimenta, los hace más fuertes»
-Película «un paso en falso». Harlan Coben-

Masturbación compulsiva: ¿cuándo es un problema?

En la amplia mayoría de las personas, la masturbación es algo sana y recomendable. Por lo general, se practica con una frecuencia normal, no afecta a la vida diaria y se realiza como una actividad placentera que sirve para descargar tensión.

Sin embargo, no todas las personas lo viven de esta forma. En algunos casos, la masturbación se puede convertir en un problema que puede llegar a tomar el control de sus vidas, llegando a ser una obsesión.

Tal y como señalan los expertos, la masturbación se convierte una conducta psicopatológica cuando escapa del control deliberado de la persona, lo que provoca una perturbación emocional debido a su naturaleza compulsiva.

Pasan el día y las horas añorando el momento de estar a solas. Cambian planes y rutinas con tal de poder tener un momento de intimidad y esto les ocasiona problemas. La jerarquía de preferencias cambia y, poco a poco, todo comienza a girar en torno a ese momento de soledad. La conducta se adapta en su búsqueda de encontrar el placer.

«Me puedo hacer como mínimo unas siete pajas al día, pero si utilizo los juguetes pueden ser más, unas veces hasta doce, otras una cada media hora. He perdido ocho trabajos por culpa de mi adicción, y algunos eran bastante buenos, pero tenía que irme cuando empezaban a sospechar de mí»
-Documental «no puedo parar de masturbarme»-

A veces las dificultades llegan por la frecuencia. Aumenta la cantidad de estimulación diaria, pudiendo llegar a cifras en las que el cuerpo se resienta y la masturbación ocasione dolor.

En otros casos, los problemas ocurren por el cambio de rutinas y alteración de la vida diaria. Por ejemplo, la persona puede dejar de hacer actividades o ausentarse demasiadas veces en el trabajo debido a la necesidad de masturbarse.


Cuando la vida nos sobrepasa

La masturbación es un medio para descargar tensión y obtener placer. Algunas personas lo utilizan como método de afrontamiento para reducir la ansiedad y el estrés que sufren en sus vidas. Este medio les ofrece el placer y la desconexión que muchas veces no obtienen en su día a día.

«El dolor era insoportable y recurrí al mejor analgésico que conocía: la masturbación. Me aislé. Comencé un periodo de masturbación compulsiva. Lo hacía entre 10 y 15 veces al día. (…) La masturbación y las fantasías eran la única forma como podía tolerar esa realidad y fracaso tan dolorosa»
– Adicción a la masturbación (historia de Josué). Ramiro Calderón –

Los episodios de masturbación compulsiva suelen acentuarse en épocas difíciles, por ejemplo, en crisis personales, problemas de pareja , nacimiento de un hijo o sobrecarga en el trabajo. El hecho de no querer afrontar nuestros conflictos puede provocar que nos ocultemos tras una conducta que nos produce placer a corto plazo.

En este caso, puede servirnos como ese momento de escisión total y, además, con un final placentero. No obstante, a pesar de la felicidad que puede proporcionarnos, la masturbación se puede convertir en un problema cuando altera nuestro día a día y se interpone en las relaciones interpersonales.

¿Cuándo es pertinente buscar ayuda profesional?

Llegados a este punto, ya tenemos claro que la masturbación se puede convertir en un problema, pero ¿cuáles son las señales que nos indican que está dejando de ser saludable? En primer lugar, veamos qué nos dice el DSM-5 sobre las compulsiones, así sabremos cuándo el acto de masturbarse ha dejado de ser adaptativo. Según este manual, una compulsión se define por:

  1. Comportamientos o actos mentales repetitivos que el sujeto realiza como respuesta a una obsesión o de acuerdo con reglas que ha de aplicar de manera rígida.
  2. El objetivo de los comportamientos o actos mentales es disminuir la ansiedad, un malestar o evitar algún suceso o situación temida; sin embargo, estos comportamientos o actos mentales no están conectados de una manera realista a aquello que pretenden prevenir o neutralizar, o bien resultan demasiado excesivos.

También existen otras señales de que la masturbación ha empezado a ser un problema. Repasamos algunos de ellos:

  • Consume todo el tiempo.
  • La vida social, familiar y laboral se ven afectadas.
  • Se llega tarde a reuniones importantes o se cancelan para tener tiempo de masturbarse.
  • El impulso es irresistible y se consuma en lugares públicos o incómodos, debido a no poder aguardar hasta llegar a la casa.
  • Ocurre aunque no se tengan ganas.
  • Ante emociones desagradables, se recurre a ella para sentir alivio.
  • Se experimenta culpa o angustia luego de la masturbación.
  • Es difícil dejar de pensar en la masturbación.

En estos casos, el objetivo del tratamiento no es alcanzar la abstinencia sexual, sino suprimir el comportamiento compulsivo, potenciando una sexualidad más sana e integradora en la vida de la persona. Para ello, suele emplearse la psicoterapia cognitivo-conductual, la terapia de exposición y prevención de respuesta. Asimismo, suelen utilizarse tratamientos farmacológicos que facilitan el autocontrol de la persona.


¿Qué hacer frente a la masturbación compulsiva?

Lo primero es visitar a un profesional de la salud para que sea él quien diseñe y aplique la intervención que necesitas. Luego, con la aprobación de tu terapeuta, puedes probar las siguientes recomendaciones:

  • No veas pornografía: entre menos te expongas a imágenes, videos o películas pornográficas, mucho mejor. Esto te ayudará a eliminar un estímulo que sabes que te hará caer en la tentación.
  • Practica algún deporte o haz ejercicio: como hemos visto, las compulsiones aparecen como una manera de neutralizar aquello que genera malestar o ansiedad. Si buscas otra forma de aplacar estas sensaciones, tu compulsión retrocederá. Se sabe que el ejercicio es un buen aliado para reducir la ansiedad, disminuir el afecto negativo y aumentar el positivo.
  • Pasea en la naturaleza: si tienes acceso a espacios naturales, dedica parte de tu tiempo a caminar en medio de ellos. La naturaleza tiene un impacto positivo sobre tus emociones, tu salud y tu vida en general.
  • Regula tu dieta: evita comer alimentos que sean afrodisíacos, pues podrían aumentar tu deseo sexual.
  • Duerme bien: como señala un artículo publicado en Frontiers in Human Neuroscience, las personas que no duermen bien corren más riesgo de sucumbir a sus impulsos. Cuando no duermes lo suficiente, tu capacidad de autocontrolarte se ve afectada. Debes dormir bien para que tengas el control necesario ante la compulsión de masturbarte, de lo contrario te va a sorprender sin fuerzas.
  • Limita tu soledad: si te masturbas porque te sientes muy solo y esto te genera malestar emocional, intégrate a grupos sociales donde puedas compartir tiempo de calidad con otras personas. Participar en voluntariados podría ayudarte a tener ese contacto social que necesitas y, además, tendrías el beneficio de mejorar tu salud, así lo señala un estudio publicado en BMC Public Health.

Consideraciones finales sobre la masturbación excesiva

A lo largo de este artículo hemos resaltado que la masturbación se puede convertir en un problema que requiere de atención profesional. Cuando se sale de control y empieza a afectar la vida en diferentes ámbitos, es necesario hacer un examen de consciencia que permita profundizar un poco en la raíz del problema.

Por otro lado, a pesar de su extremo compulsivo, no podemos aún decir que masturbarse constantemente es una adicción, es decir, no se puede afirmar que una persona es adicta a la masturbación. En cambio, sí se puede sostener que tiene una compulsión.

Todavía no existe un diagnóstico clínico conocido como adicción a la masturbación, por lo menos no uno que esté aprobado por la Asociación Americana de Psicología (APA). De hecho, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, no se tiene una categoría independiente para diagnosticar una adicción de este tipo.

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